Minutos antes de las 8,30, Javier Milei llegó a su despacho, en la Casa Rosada. Un rato después, y reunido con su mesa chica-ausente Guillermo Francos mientras se recupera en su domicilio de un cuadro gastrointestinal agudo y retrasada Karina Milei, que llegó un rato después-, el Presidente se abocó de lleno a un tema que desvela por estas horas al Gobierno: conseguir los votos suficientes en la Cámara de Diputados para frenar, en la sesión prevista para mañana al mediodía, la embestida opositora contra el veto presidencial a la ley que actualiza las jubilaciones.
La información que le llegó al Presidente en esa y otras reuniones permitió dar lugar al optimismo. “Con nuestro bloque, el Pro, los que fueron nuestros y algunos radicales llegamos a 90. Y es imposible que a ellos no les falte alguno”, afirmaron altas fuentes oficiales en relación a la correlación de fuerzas para la sesión de mañana.
A la presencia de diputados de Pro y Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), que ayer se reunieron con Karina Milei, se sumaron hoy los cinco diputados nacionales de la UCR que, a partir de las 10.30, fueron recibidos por el propio Presidente en su despacho, y que según fuentes del Gobierno aseguraron que apoyarán al oficialismo, aún contra la postura de la mayoría del bloque radical en Diputados, que tiene 34 miembros.
Desde el Gobierno se mostraron optimistas en poder sostener ese bloque (sostenido principalmente en los 37 diputados libertarios, otros 37 del Pro, 2 del MID y ex miembros del bloque libertario como Lourdes Arrieta) en próximas votaciones. “Los necesitamos ahora, y los vamos a necesitar también más adelante”, afirmaron cerca de uno de los negociadores del oficialismo, en relación a eventuales nuevos vetos del Presidente, como el que él mismo adelantara en torno al proyecto de financiamiento universitario, que se tratará el próximo jueves en el Senado.
“Son reuniones habituales”, afirmó el portavoz Manuel Adorni, en un intento por bajarle el tono al encuentro del Presidente con los diputados radicales. “Siempre somos optimistas, aunque es un tema del Congreso”, sostuvo el portavoz, en relación a la posibilidad de conseguir el número suficiente para que el veto presidencial al aumento de las jubilaciones continúe vigente.
Violencia
El propio portavoz aclaró que, “según fuentes abiertas a las que accede el Ministerio de Seguridad”, el Gobierno dio por cierto que distintos sectores sindicales y políticos “están planificando actos de violencia para la movilización del día de mañana frente al Congreso”, y sostuvo que “se va a proceder a realizar un operativo de seguridad especial” para prevenir incidentes, aplicando el denominado protocolo-anti piquetes en los alrededores del Parlamento, un operativo del que también participará el gobierno porteño. Adorni apeló, además, “a la responsabilidad de todos los sectores para que mañana esto no ocurra”, porque “atacar al Congreso es atacar la democracia”, advirtió.
Fuera de micrófono, en el Gobierno señalaron al camionero Pablo Moyano, dirigentes de ATE y las dos CTA, más agrupaciones de izquierda que convocaron a movilizarse mañana, como quienes “van a intentar pudrirla” en las inmediaciones del Congreso. “Van a hacer lo de siempre, los tira-piedras, van a provocar y a cometer delitos. Y la policía va a actuar”, advirtieron las fuentes. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, participó de la reunión de la mesa chica a primera hora y también compartió el diálogo de Milei con los legisladores radicales, dónde también estuvieron el presidente de la Cámara baja, Martín Menem, y el ministro de Defensa, Luis Petri, de origen radical.