Después de igualar 1-1 en el tiempo reglamentario, el combinado nacional cayó por 3-2 en los penales frente al equipo europeo en los penales y se quedó con el segundo puesto en los Juegos Paralímpicos de París 2024.
Por obra del destino, Argentina y Francia se midieron nuevamente en una instancia final. Aunque esta vez, a diferencia del Mundial de Qatar, la gloria quedó del otro lado del Océano Atlántico: después de igualar 1-1 en el tiempo reglamentario, Los Murciélagos cayeron por 3-2 en la definición por penales y se quedaron con la medalla plateada en los Juegos Paralímpicos de París 2024. El conjunto de Antonio Figueroa se quedó a un paso de conseguir por primera vez en su historia la medalla dorada.
En una jornada histórica frente a la mítica Torre Eiffel, el combinado nacional que venía de conseguir un agónico triunfo ante Brasil por penales, fue protagonista de varios tramos de imprecisión en los primeros minutos de juego. Y es que la lógica tensión por hacer historia hizo que ambos equipos tardarán en demostrar los aspectos futbolísticos que los llevaron hasta ahí.
Hasta que apareció Frederic Villeroux, el capitán de Francia que hizo la personal, gambeteo de pie a pie a los dos defensores de la albiceleste que recibieron el primer gol en el campeonato. Pero tan solo siete segundos le duró la ventaja a Les Bleus, que a la hora de sacar del medio, se encontraron con el rápido empate del combinado nacional en los pies de Maximiliano Espinillo, quien rompió por primera vez la red en el torneo.
En la segunda parte, el delantero que estampó la igualdad para Los Murciélagos, participó activamente del juego, se inventó varias ocasiones de gol e hizo trabajar a Alessandro Bartolomucci, el arquero de Los Galos: un difícil tiro libre y dos mano a mano le bastaron al dueño de los tres palos para ser una de las figuras del encuentro. Con el correr de los minutos, ambas selecciones no pudieron sacar ventajas y la medalla dorada se definió por los penales, donde Francia se hizo más fuerte, aprovechó la falla de Heredia y se quedó con la gloria eterna.