"¡Yo nunca toco para que me escuchen, nunca! Cuando agarro mi instrumento y toco, es para mí y para el recuerdo… […] Eso me ubica en un lugar misterioso al que es muy difícil acceder porque yo no mando en mi música, mandan otras cosas". Así de categórico suena acerca de la función de su arte el bandoneonista salteño “Dino” Saluzzi cuando en una entrevista le preguntan sobre la actitud del público ante su música.

Así de categórica es también la decisión del laureado pianista argentino Horacio Lavandera de revalorizar su obra en relación con el jazz en cada concierto que brinda alrededor del mundo y que lo trae también de regreso a Formosa este 17 de agosto en el Teatro de la Ciudad: “Me estoy preparando muy bien. Estoy muy feliz de que Formosa sea parte de esta gira que estoy haciendo. Empecé en febrero con este programa en Punta del Este y me fue llevando por distintas ciudades de Argentina; luego, en mayo estuve en Estados Unidos haciendo varios conciertos. Por eso este programa que voy a hacer en Formosa tiene mucho que ver con la unión entre Estados Unidos y Argentina; porque toda una parte del programa tiene que ver con los orígenes del jazz, así que estoy muy feliz de presentar música que me gusta tanto en Formosa”, expresó en una charla telefónica en la que subrayó: “Es un placer enorme estar nuevamente en Formosa. Estuve hace más de diez años haciendo un concierto allá y estoy muy feliz de volver”.

En medio de la presente gira a piano solo en la que se dispone a compartir con su público un gran repertorio de música clásica y contemporánea, el artista tiene preparado un programa con obras que van de Mozart, Beethoven y Mendelssohn a George Gershwin y el propio “Dino” Saluzzi: “Es un programa que está pensado para una de las salas más importantes del mundo, que es el Carnegie Hall de Nueva York; por lo tanto, es un programa muy largo y tiene algunas de las obras clásicas más reconocidas e importantes, como la sonata ‘Appassionata’ de Beethoven, Las Variaciones Serias de Mendelssohn, Los Impromptus de Schubert y además, con esto de toda una unión con los orígenes del jazz, con piezas de uno de los compositores más queridos de Estados Unidos que quizá no es muy conocido en Argentina, pero va a ser un gusto presentarlo, que se llama George Gershwin”, detalló. Y acentuó: “La intención de unir esto de Argentina y Estados Unidos es muy gratificante, dado que estuve por allí en contacto con personas que apreciaban tanto la música de ellos mismos, así que de eso se trata”.

Acerca del concierto que trae a Formosa en medio de su gira por el NEA argentino, precisó: “Se van a encontrar con un concierto de piano, con algunas de las obras clásicas más importantes y más complejas también que hay en toda su unión con las artes y la música. Va a ser un concierto de piano como herencia de mitad del siglo XIX, cuando se celebraban los primeros conciertos de piano solo, que estaban a cargo de uno de los grandes del piano, que se llama Franz Liszt. Él empezó de muy joven a hacer conciertos de piano solo, y yo de alguna manera llevo este mismo tipo de formato al 2024”.

Reconocido en España como “el Messi del piano”, Lavandera agradece y toma el paralelo alegórico como “un halago gigante, un orgullo enorme”, y cuenta sobre su gran satisfacción en ocasión de que oportunamente, su disco “Imágenes” (2015) fuera catalogado como uno de los mejores 20 trabajos del año a los ojos del crítico de música estadounidense Ted Gioia (The New York Times; Los Angeles Times): “La verdad es que me pone muy bien que desde la crítica hayan tenido palabras tan elogiosas para mi trabajo, siempre que haya un reconocimiento del trabajo es importante, es muy bueno. También voy a hacer unas piezas del compositor argentino ‘Dino’ Saluzzi, que tiene toda una relación con el jazz, un bandoneonista tan importante que quizá tampoco es tan conocido en Argentina. Pero voy a estar presentando su música en este mismo programa; y uno de los mayores filósofos -si no el mayor filósofo- de la música de Estados Unidos, que se llama Ted Gioia, ubicó mi grabación con obras de ‘Dino’ Saluzzi entre los 20 mejores discos de 2015. Así que ha tenido mucho reconocimiento mi trayectoria por algunas personalidades y eso me alegra mucho”, manifestó.

“Todo es un ecosistema familiar en mis orígenes musicales -comparte acerca de sus inicios de la mano de la música, que heredó de quienes lo precedieron en su árbol genealógico-. Tengo muchos músicos en mi ascendencia, cinco generaciones de músicos profesionales que se dedicaron 100% a la actividad musical. Y comencé desde muy chiquito a tocar, a los 7 años empecé a estudiar el piano y a los 12 o 13 años ya dejé el colegio para dedicarme exclusivamente a la música”, confesó orgulloso.

Consultado sobre una posible explicación acerca de la experiencia sensorial que supone un espectáculo de música clásica para él y su público, planteó: “Es difícil para mí explicar cómo vive el público este tipo de espectáculos. Y en cuanto a mí, muchas veces es muy difícil ubicarlo en palabras porque es algo que hago desde que soy muy chico. Ya tengo 39 años y llevo haciendo conciertos desde que tengo 12 en piano solo; a veces soy solista con orquesta, pero generalmente son conciertos de piano solo. Así que lo más importante es el sonido, es meterse adentro del sonido y dejarse llevar por él con una escucha muy atenta”, y amplió: “La música clásica va por sentidos, quizá, muy intelectuales, muy interiores, en contacto con todas las artes, pero a su vez con una gran abstracción; es universal pero también hay gestos idiomáticos de cada pequeña región. Así que es un ida y vuelta, tiene mucha relación con la ciencia, con la poesía y con los valores religiosos -también se podría decir- más excelsos. Para mí es algo tan habitual, de toda la vida, que me cuesta ponerlo en pa-labras. Están todos invitados, está todo muy cercano a lo que es una actividad intelectual”, conceptualizó.

Y se permitió ahondar finalmente: “Quizá muchas personas que son muy religiosas o alguien que atiende a una gran clase de filosofía o de física aplicada pueda hallar analogías, porque va en ese camino, pero con la suerte de que también hay un mundo de sonidos, de abstracciones, que es lo que yo elegí y espero que mucha gente lo elija como una linda salida para venir al concierto y compartir un momento único”, expresó -en línea con el pensamiento de Saluzzi- sobre ese “lugar misterioso” que es la música, donde “mandan otras cosas”, por fuera del alcance de quienes la ejecutan.