La Región Oeste de la provincia atravesó desde el 2022 un importante período de sequía que, según los registros con los que cuentan en el INTA de la localidad de Ingeniero Juárez, fue el más seco de los últimos 50 años.
En diálogo con La Mañana, el ingeniero agrónomo Patricio Sanz, jefe de Agencia de Extensión rural del INTA Juárez, calificó lo vivido como “una seca tremenda, ya que el año 2022 fue el más seco de los últimos 50 años según nuestros registros”. “Esto no quedó ajeno al resto del país. Coincide con los efectos del Fenómeno de La Niña, del que comenzamos a salir”, añadió.
Asimismo, consignó que “según lo que nosotros empezamos a estudiar, teniendo en cuenta los datos del SMN (Servicio Meteorológico Nacional), comenzamos a entrar un período neutro, y en el 2024 comenzará un período de El Niño que traerá más lluvias, lo que también tiene sus efectos contraproducentes”.
El ingeniero valoró la importancia de la tecnología que les posibilita contar con pronósticos a largo plazo. “Los empezamos a tener a mano hace unos ocho años. Antes no teníamos esa posibilidad. Ahora, la tecnología nos da, no sólo a los técnicos, sino a los productores, la posibilidad de planificar a mediano plazo. Una vez que nos empecemos a familiarizar con ella, vamos a poder prever ciertos problemas que nos traen las inclemencias climáticas”, indicó Sanz durante la entrevista con este Matutino.
Aporte y asistencia
Por otra parte, el jefe de la AER INTA Juárez apuntó que “el INTA es un organismo científico-técnico, y nuestro aporte se basa en la asistencia técnica y conocimientos. Principalmente, en nuestra área trabajamos en extensión y nos focalizamos en producción de pasturas y el tema del agua. En lo que hace al agua, estamos trabajando en diseños de recarga de acuíferos y recargas inducidas. Esto es con agua de lluvia. Los acuíferos son las napas de agua que acá tienen una característica: se recargan con la lluvia. Además, hay lugares en los que les cuesta más recargarse que a otros. Lo que nosotros venimos estudiando desde hace años es inducir a que el agua de lluvia, en las épocas que hay disponibilidad, sea inyectada en los acuíferos”.
Asimismo, apuntan a mejorar en calidad y cantidad las napas, porque éstas son saladas y pocas.
Otro punto sobre el que se encuentran trabajando es en las represas. “Buscamos optimizar la construcción y hacerlas en los lugares que se puedan y más profundas, porque acá tenemos un problema climático que provoca que se evapore mucho el agua de la represa, por las altas temperaturas. Entonces, si no lloviera, el agua de una represa llena, pierde la mitad de su capacidad. Lo que tenemos que optimizar es hacer represas profundas, largas y angostas para tener menos superficie de evaporación, y lo otro es hacer una buena cosecha de agua para llevarlas a las represas. Generalmente, lo trabajamos con sistematización de caminos que es lo más fácil”, explicó el profesional, y sumó que en la zona, el 70% de las lluvias son menores a 50 milímetros, por lo que “si no tenés los suelos bien limpios, el agua no corre y no entra a las represas”
Sistemas de trabajo
En otro tramo de la entrevista, Sanz explicó que el INTA en el país cuenta con dos sistemas: el de investigación para el desarrollo de mejoras en pasturas, cereales y ganadería, lo que está a cargo de las Estaciones Experimentales, y el trabajo directo con el productor, al que se le brinda todo el conocimiento que se desarrolla en las EEA. Esto se hace en las Agencias de Extensión Rural que son oficinas ubicadas en los pueblos.
Sanz es el encargado de la que se encuentra en Juárez, pero en la EEA hay un equipo de investigadores que trabaja en pasturas, forestación, analizan distinto tipo de desmonte y ganadería caprina. “En Extensión estamos focalizados en el trabajo con la pastura y el agua; directamente en campos de productores”, indicó.