Más de cuarenta años después de haber brindado la asistencia más humanitaria a los soldados que peleaban en Malvinas, decenas de enfermeras fueron borradas de los renglones torcidos de la historia -así como otras mujeres pertenecientes a las Fuerzas Aéreas, instrumentadoras quirúrgicas civiles y miembros de la Marina Mercante y Armada-, a pesar de haber estado también en las islas, en el buque hospital Almirante Irizar o en el hospital reubicable de Comodoro Rivadavia, a pesar de haber sentido también el sopor de la muerte cercana y haber combatido cuerpo a cuerpo contra el hambre, el frío y el desdén de un relato oficial que lleva ya demasiado tiempo.

Alicia Mabel Reynoso y Stella Maris Morales encabezaron hace unos años, en 2009, una nueva lucha, esta vez for­mando un pelotón moral que reclama por reconocimiento, por su lugar en la historia como mujeres excombatientes de la guerra de Malvinas. El 7 de mayo de 2021, la Justicia falló en primera instancia y las reconoció como veteranas del conflic­to. Pero su visibilización a la luz de la sociedad aún es inci­piente y la guerra contra el olvido libra hoy su batalla más cruenta.

“Kajay Teatro” toma esta gesta de la memoria y la pone al centro de la escena en una obra que le valió el primer lugar en la última Fiesta Provincial del Teatro la semana pasada y que la encontrará representando a Formosa en la 37° Fiesta Nacional del Teatro 2023 y en el Corredor Regional NEA.

“Guerra contra el olvido” fue seleccionada de entre las 14 obras restantes que integraron la grilla de la 32° edición del festival provincial, de acuerdo con el fallo del jurado, integrado por Gabriela Simón, Cielo Pignatta y Gustavo Benítez, quienes consideraron que se ajustaba más a los criterios de perspectiva de derechos, vinculación con el territorio, integridad en el funcionamiento de un sistema que comprende los distintos elementos de la puesta en escena y la obra en su carácter de experiencia como suceso en el encuentro con el público.

La puesta -que recorre aquella parte de la historia argentina a través de las Mujeres de Malvinas… madres, enfermeras, militares, diplomáticas, instrumentadoras quirúrgicas que fueron parte de las muchas formas que adoptó la gesta- corre por cuenta de Silvia Gabazza, Rocío Ruiz, Silvana Guanes y Carolina Sosa, con dirección y dramaturgia a cargo de Marcela Delturco, cuyo texto había sido ganador ya en 2022 en la instancia regional del Concurso Nacional “Malvinas Soberanía”, del Instituto Nacional del Teatro, al conmemorar el 40° aniversario del conflicto bélico.

En esta oportunidad, a nivel provincial, Delturco fue reco­nocida también en dirección y dramaturgia por parte del mis­mo jurado; así también, Lola Greatti en iluminación.

La obra propone al espectador un recorrido dramático por los acontecimientos a través de una madre que recibe el lla­mado oficial a su hijo “en nombre de la Patria”, el estruendo ensordecedor de los bombardeos que no cesa aun con el paso de los años, la memoria entretejida con el sepia de una fotografía, de una estampita bendecida, de cartas cada vez más borrosas, como la realidad desteñida por el relato tene­broso de la prensa oficial... la desmemoria y el desierto en que vagaron los que volvieron, y las que nunca supimos que habían partido. “Guerra contra el olvido” nos permite atra­vesar la trinchera del silencio en que deambularon nuestras Mujeres de Malvinas, como espectros sedientos e invisibles.

En medio de un escenario perpetrado por la dictadura genocida, aquellas mujeres desembarcaban resueltas y convencidas de su rol en la historia, amordazadas por la prensa, sólo decidida a enarbolar el valor patriótico de los soldados. Una sola vez se les permitió hablar con algunos periodistas -recordaría Alicia Reynoso- pero las revistas de entonces sólo hablaban de “perfumes de mujer”, “lápices de labios” y de sus “sueños” de tener maridos, hijos y formar una familia. “A nosotras nos negaron doblemente, porque la guerra pareciera ser una cosa de hombres”, analizan hoy estas mujeres de la Patria que alguna vez decidieron salir de las trincheras en que se encontraban cautivas por el desdén y el olvido, una parte de la historia que “Kajay Teatro” se propone desempolvar y llevar a escena durante cuarenta minutos de puesta, antes de ser corroída por el apagón final que suele ser la desmemoria, que trastoca los acontecimientos de la historia a su propio arbitrio.