El avance de la inflación en bienes y servicios obliga a que los comerciantes multirubros de la ciudad remarquen precios de sus productos hasta dos veces por semana para no perder en el recambio de stock o reabastecimiento de mercaderías. La demanda en kioscos o almacenes barriales se mantiene estable pero con compras mínimas y esquivando las primeras marcas.
Marina, propietaria del multirubro “Minicostos” del barrio Villa Lourdes, habló con el cronista de La Mañana en Vivo sobre la situación comercial y las dificultades que atraviesa a diario para alcanzar una rentabilidad racional que le permita substituir en la actividad.
“Como comerciante de muchos años, he pasado por varias crisis económica, pero esta es particular y se siente de manera diferente. La inflación está llevando a la gente a comprar alimentos de a puchitos, lo necesario para el día a día.la situación está muy fea y no la podemos esquivar.
En nuestro caso, como vendedores, se nos dificulta mucho a la hora de reabastecernos con mercaderías, porque lo que se genera de capital por un producto que hoy vale 100 pesos, mañana ya subió a 110 y en ese recambio ya perdimos 10 pesos. A eso se le suma los aumentos en el servicios, con tarifas que se fueron a las nubes en febrero y marzo”, indicó.
En esta descripción de la realidad que realizó Marina, también mencionó que la remarcación de precios de productos en góndola es constante a causa de los ingresos con listas actualizadas de los proveedores.
“En mi local tengo desde artículos de librería hasta alimentos para la mesa familiar. Estamos acostumbrados al oficio de vender, pero hoy todo cuesta mucho. Por efecto de la inflación, para comprar y reponer es un problema, cada tanto o incluso dos veces por semana hay que estar retocando los precios sino el desfasaje nos deja sin ganancia y antes que perder en este rubro, es mejor bajar las cortinas", se sinceró.