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VULNERACIÓN DE DERECHOS

Falta inclusión: conseguir un acompañante terapéutico o una maestra especial es una verdadera odisea en Formosa

El reclamo crece entre padres de niños con TEA y otras discapacidades



No es nada fácil para las familias de personas con discapacidad conseguir un acompañante terapéutico o una maestra especial y la búsqueda puede convertirse en un largo peregrinar, que en muchos casos termina en desilusión, sumado a la bronca y la impotencia que genera la vulneración de derechos.

Entre las dificultades que deben sortear los padres se encuentran la negación de algunas instituciones a recibir a niños con diferentes condiciones, la falta de docentes integradores que acompañen a los estudiantes en sus trayectorias escolares, que muchos acompañantes terapéuticos o maestros especiales prefieran trabajar de manera particular y no con obras sociales o las burocracias de los prestadores de salud al momento de cubrir el servicio.

El referente de Puente de Esperanza y de Asperger Formosa, Tomás Leliur, comentó a La Mañana que luego de cumplida la tercera semana del inicio del ciclo lectivo 2023, todavía existen muchos padres que no consiguen acompañantes terapéuticos para sus hijos.

“Lo nuevo es el nomenclador de las obras sociales que fija un nuevo incremento en concepto de pago por la prestación y la actualización volverá a generar más demoras. Son numerosos los padres que piden acompañantes terapéuticos para sus hijos y no encuentran. Algunos dejan de trabajar con algunas obras sociales porque hay demoras de varios meses en los pagos. Hay acompañantes a los que se les adeuda sus honorarios desde octubre del año pasado, con montos que están desfasados por la inflación”, explicó.

Remarcó que se paga poco por el servicio y con un marcado retraso. “Esto genera una procesión de padres, un peregrinar en la búsqueda. Es comenzar de nuevo y los niños y adolescentes con diferentes discapacidades deben readaptarse a otras personas y los procesos se interrumpen. Es una lucha”, cuestionó.

Falta de profesionales

En esta misma línea, lamentó que los problemas persistan, con falta de profesionales y una demanda que no puede ser cubierta por el Departamento de Educación Especial ante el escaso recurso humano disponible.

Leliur aseguró conocer de los padecimientos que enfrentan los padres porque también los atravesó junto a su hijo Tomás, que ahora tiene 18 años y cursa sus estudios en el nivel terciario.

“Él comenzó ahora una nueva etapa y no hay acompañante terapéutico para él. No existe. El acompañante debería estar hasta que la persona se pueda desempeñar sola y no hay límite de edad. Depende de la adaptación del alumno en la Primaria, Secundaria, Terciaria o la Universidad. Nosotros siempre tuvimos que cambiar uno o dos acompañantes en el año y quienes nos ayudaron mucho fueron los psicopedagogos. Educación Especial no logra atender la gran demanda. Los psicopedagogos podrían cubrir los vacíos que hay”, expresó.

Respecto a la función de las maestras especiales y los acompañantes terapéuticos, consideró que ambos son importantes, pero los primeros ayudan a los hijos dentro del aula e interactúan con los docentes; mientras que los segundos tienen una preparación más integral dentro y fuera del ámbito escolar.

“Hay muchas demandas en las escuelas de la provincia”

Graciela Ortega habló sobre esta situación desde su lugar de madre de un hijo con Trastorno del Espectro Autista y como cofundadora y referente de la Asociación Camino Azul, TEA Formosa, y admitió que la realidad es compleja.

“Cuesta una barbaridad conseguir acompañantes terapéuticos. No es porque no se quiera trabajar en la temática, sino que hay muchas demandas en las escuelas de la provincia. Hablamos de maestras especiales. Las personas que no tienen obra social (la mayoría) piden al Departamento de Educación Especial acompañantes terapéuticos, que deben atender hasta nueve estudiantes en una escuela. Es la experiencia que tengo con mi hijo y que me cuentan otros padres. La mayoría pide al Estado y cada maestra especial puede cubrir una o dos horas tres veces por semana, cuanto mucho. No dan abasto. Esa es una triste realidad”, se explayó.

Ante el panorama, se mantuvieron conversaciones con las autoridades del Departamento de Educación Especial y el IASEP para que se incluya en su prestación la figura del acompañante terapéutico.

“El IASEP aceptaba sólo psicopedagoga y maestras en educación especial. Por eso, la Asociación TEA Formosa fue y habló con el director de Educación Especial, Gustavo Miers, y con el interventor de la obra social de los empleados públicos, Claudio Samaniego, para que incluyan en la lista a los acompañantes terapéuticos, pero guiados y observados por Educación Especial porque los acompañantes terapéuticos no tienen la enseñanza pedagógica. Propusimos eso ante la gran demanda que existe. El propio doctor Samaniego nos dijo que no había inconvenientes”, valoró.

Aclaró que los mayores inconvenientes se registran con las obras sociales nacionales. “Claro está que el problema más grave lo enfrentan los padres sin obra social o cuya prestadora no cubre acompañante terapéutico. El que tiene obra social también sufre porque la cobertura no es todos los días hábiles, ni la extensión completa de las horas de clase. El tema de discapacidad es un desastre”, expuso.

Reconoció que las dificultades son numerosas y puso como ejemplo los padecimientos permanentes que plantean unos 200 padres que integran el grupo de WhatsApp de TEA Formosa.

“Muchos se quejan porque las maestras especiales concurren sólo dos horas y no todos los días. La dificultad radica en que, en muchos casos, los alumnos también se deben retirar cuando la maestra especial se va. Y por qué el sistema educativo aún se maneja de esa forma. La realidad es que no hay docentes especiales para esta función porque la mayoría tiene cargo”, sostuvo.

Puso de relieve la incipiente puesta en marcha de un trabajo de capacitación docente, con charlas masivas que requerirán de la ayuda de las autoridades del Gobierno provincial. “Falta capacitación porque hay docentes que dicen que no pueden quedarse con los chicos TEA y debemos buscar una solución para ver si permanecen las cuatro horas de clase, siempre y cuando toleren ese tiempo”, entendió.

“…una cosa es tener la ley, luego está la adhesión y después su implementación”

La psicopedagoga y presidenta de la Fundación Rincón de Luz, Mariela Palacios, también brindó su punto de vista sobre la problemática y mencionó que existen obras sociales que reconocen la cobertura del acompañante terapéutico, pero otras no por falta de una ley en Formosa que ampare a las familias que tengan hijos con TEA u otra discapacidad.

“En la provincia no tenemos una ley. Si la tiene, por ejemplo, Córdoba donde ya está incluido en el nomenclador de discapacidad. Nosotros impulsamos una formación profesional de acompañantes terapéuticos con orientación en TEA y esta es la quinta cohorte. Pero muchos de los egresados deben trabajar de manera particular porque todavía la actividad no está muy reconocida en Formosa. Falta regulación”, expresó.

Entendió que la solución al problema sería que las obras sociales reconozcan la figura del acompañante terapéutico, que es diferente a la de maestro o maestra de apoyo. “La figura del acompañante terapéutico es la organización del niño y el contexto. Es tener en cuenta su entorno, que excede lo netamente escolar. El abordaje y la mirada del acompañante terapéutico son más amplios porque puede salir a terreno con un niño, niña o adolescente para enfrentar diferentes situaciones. A una o un joven puede ayudarlo a socializar en un bar, cómo hacer para estar en un boliche, subir a un colectivo u otras actividades de la vida cotidiana, mientras que el maestro especial atiende cuestiones netamente pedagógicas”, señaló.

Afirmó que es una necesidad real porque la ley de acompañante terapéutico a nivel nacional está, pero aún no se aplica en Formosa. “La Provincia se adhirió a la Ley de Autismo el año pasado; fue un gran paso. Ahora hay que avanzar en su implementación: una cosa es tener la ley, luego está la adhesión y después su implementación. Ojalá que esta última etapa no lleve mucho tiempo porque los chicos crecen y requieren atención ahora. Lo mismo pasa con las leyes vinculadas con la discapacidad”, agregó.

Remarcó que la falta de accesibilidad de las familias con hijos con TEA u otras discapacidades es una limitante enorme que vulnera derechos humanos esenciales.

“Desde el autismo, hay discapacidades en las que se necesitan los docentes especiales y el acompañante terapéutico y es este último el que complementa toda la tarea que excede lo que pasa en el aula. Es el nexo que hay entre el equipo terapéutico que trabaja en un consultorio y el exterior: familia, escuela, el terapeuta y contexto laboral en caso de adultos. Es como el brazo externo para poder conocer los diferentes contextos en que se mueven las personas con capacidades diferentes”, añadió.

A todo esto, indicó que siguen abiertas las inscripciones para la quinta cohorte de la formación profesional en acompañante terapéutico con orientación en TEA, cuyo cursado comenzará en abril y se extenderá hasta fin de año.



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