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La Fed decide una nueva suba de tasas la semana próxima, pese a la crisis bancaria internacional desatada

El próximo martes, el directorio de la Reserva Federal (Fed) –el equivalente al Banco Central de Estados Unidos– se reunirá para definir si aplica una nueva suba de las tasas de interés, que actualmente está en el rango de entre 4,5% y 4,75%



El próximo martes, el directorio de la Reserva Federal (Fed) –el equivalente al Banco Central de Estados Unidos– se reunirá para definir si aplica una nueva suba de tasas de interés, que actualmente está en un rango de entre 4,5% y 4,75%. Es la primera reunión programada que ocurre luego de que se desatara la crisis financiera tras la quiebra de Silicon Valley Bank (SVB) y el rescate de los gobiernos de Credit Suisse y First Republic Bank.

Si bien en un primer momento se esperaba que la Fed aumentara la tasa nuevamente en un rango de 0,50 puntos porcentuales, los analistas internacionales ahora proyectan un incremento menor, de 0,25. El banco JP Morgan, por caso, llegó a pronosticar que la Fed mantendría inalterada la tasa, luego de haberla subido de casi 0% a más de 4,5% en un año, para no agravar la desconfianza en el sistema bancario.

Sin embargo, el objetivo del presidente de la Fed, Jerome Powell, de bajar la inflación al rango del 2% anual, parece inalterable, sobre todo, luego de que el martes pasado se publicara que el índice de precios de febrero en Estados Unidos fue 6% interanual (aún menor que la inflación mensual de 6,6% de la Argentina).

“Fin de la Pax Volckeriana”, dicen en Estados Unidos, en referencia al periodo de tasas de interés casi negativas que prevaleció durante más de 40 años, luego de que el expresidente de la Fed Paul Volcker aplicara inicialmente una fuerte suba, a más de 20%, para bajar drásticamente la inflación. Eso hizo subir la tasa de desempleo a más de 10% y enfrió la economía, pero logró su objetivo. A partir de 1982, luego de que la inflación se estabilizara, la política monetaria se volvió a relajar.

El presidente de la Fed, Jerome Powell, en la rueda de prensa extraordinaria celebrada el 3 de marzo de 2020 en Washington

Short-Term Pain, Long-Term Gain (costo de corto plazo para ganancia de largo)”, dice un economista argentino que trabaja hace más de 15 años en un banco con sede en Nueva York. “La inflación hay que controlarla de raíz, porque después el tema comienza a hablarse en la mesa familiar y entre amigos, y se vuelve un tema psicológico que indexa aún más los precios. Si no se controla al principio, tal vez luego se necesite una suba más fuerte que haga más daño”, dice, para explicar la política de Powell.

El economista, por lo tanto, defiende la decisión de la Fed de enfriar en el corto plazo la economía para lograr un crecimiento sostenible luego. Se trata de una decisión política que en la Argentina nunca se logró imponer. Las consecuencias se ven en una economía con inflación de 102% anual, sin moneda de ahorro, sin crédito y menos productiva.

En Estados Unidos, igualmente, hay un debate sobre el ritmo de aumento de tasas de interés. Hay algunos economistas que, si bien están de acuerdo con que la inflación comenzó con la inyección de dinero que realizaron los gobiernos para paliar los efectos de la pandemia, muchos consideran que se agravó por la invasión de Rusia a Ucrania (que afectó los precios del petróleo y del gas) y por los cambios en las cadenas de producción. Esto significa que muchas empresas tomaron la decisión de mudar sus fábricas a países más cercanos geográficamente o que tienen más previsibilidad en su conducción política, pese a que esto implique un mayor costo de producción.

En estos casos, señalan algunos economistas, que la suba de tasas de interés no generará una baja de los precios, ya que la inflación no tiene causas completamente monetarias.

La discusión recuerda la que ocurrió en la Argentina en 2016, cuando el Banco Central (BCRA) subió fuerte la tasa de interés para reducir la inflación, bajo la conducción de Federico Sturzenegger, mientras que al mismo tiempo se aumentaban las tarifas de luz, gas, agua y transporte público.

En 2016, Federico Sturzenegger, entonces presidente del Banco Central, aplicó una fuerte suba de tasas para bajar la inflación

“En los últimos 30 años, muchas empresas instalaron sus fábricas de producción en China porque el costo de las manufacturas allá era menor. Hoy no es fácil de revertir esa cadena de producción y mientas se hace, habrá un impacto en la inflación, porque sube el costo de producir. Por lo tanto, es muy difícil llegar al objetivo de 2% de inflación anual. Tal vez con un 3% está bien la inflación en Estados Unidos”, opinó el asesor financiero y millonario David Rubenstein, durante la conferencia de energía CERA Week, desarrollada en Houston la semana pasada.

En el mismo sentido, otros economistas advierten que la aceleración de la transición energética también traerá aparejado mayores costos de producción, ya que, por su intermitencia, la inversión necesaria en energías renovables es mayor.

En la Argentina, mientras tanto, el BCRA tomó la decisión esta semana de subir la tasa de interés nominal, tres puntos porcentuales, al 78%. Esto implica que si se deja colocado durante un año un plazo fijo a 30 días, el rendimiento anual es del 113%, aun por debajo de las expectativas de inflación para los próximos 12 meses, en torno al 120%.


Fuente: lanacion.com.ar
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