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La Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto contra Vladimir Putin por crímenes de guerra en Ucrania

Consideran al jefe del Kremlin como sospechoso de la deportación ilegal de criaturas desde las zonas ocupadas a su país. También pidió la detención de Maria Alekseyevna Lvova-Belova, Comisionada para los Derechos del Niño del gobierno de Moscú



La Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de arresto contra el presidente de Rusia, Vladimir Putin por cometer crímenes de guerra debido a su participación en los secuestros de niños de Ucrania.

El tribunal dijo en un comunicado que Putin “es presuntamente responsable del crimen de guerra de deportación ilegal de población (niños) y del traslado ilegal de población (niños) de las áreas ocupadas de Ucrania a la Federación Rusa”.

También emitió una orden el viernes para el arresto de Maria Alekseyevna Lvova-Belova, Comisionada para los Derechos del Niño en la Oficina del Presidente de la Federación Rusa, por acusaciones similares.

La CPI dijo que su sala de instrucción encontró que había “motivos razonables para creer que cada sospechoso es responsable del crimen de guerra de deportación ilegal de población y transferencia ilegal de población de áreas ocupadas de Ucrania a la Federación Rusa, en perjuicio de niños ucranianos”.

El fiscal de la CPI, Karim Khan, declaró este mes tras una visita en ucrania que los presuntos secuestros de niños eran objeto de “una investigación prioritaria”.

El tribunal, creado en 2002 para juzgar los peores crímenes cometidos en el mundo, investiga desde hace más de un año posibles crímenes de guerra o contra la humanidad cometidos en Ucrania durante la ofensiva rusa.

Ni Rusia ni Ucrania son miembros de la CPI, pero Kiev aceptó la competencia del tribunal sobre su territorio y trabaja con el fiscal.

Los expertos admitieron que era poco probable que Moscú entregue a los sospechosos al tribunal. Rusia rechaza las acusaciones de crímenes de guerra.

La funcionaria rusa, Maria Lvova-Belova, arriba a Moscú con un grupo de chicos trasladados ilegalmente desde la entonces ciudad ocupada de Mariupol en octubre del año pasado. (Presidencia de la Federación Rusa)

La funcionaria rusa, Maria Lvova-Belova, arriba a Moscú con un grupo de chicos trasladados ilegalmente desde la entonces ciudad ocupada de Mariupol en octubre del año pasado. (Presidencia de la Federación Rusa)

El jueves, una investigación respaldada por la ONU citó los ataques rusos contra civiles en Ucrania, incluida la tortura y el asesinato sistemáticos en las regiones ocupadas, entre los posibles problemas que equivalen a crímenes de guerra y posiblemente crímenes de lesa humanidad.

La amplia investigación también encontró delitos cometidos contra ucranianos en territorio ruso, incluidos niños ucranianos deportados a quienes se les impidió reunirse con sus familias, un sistema de “filtración” destinado a señalar a Reino Unido.

En su primer informe redactado desde que Rusia inició su ofensiva contra Ucrania, el 24 de febrero de 2022, la Comisión de investigación de la ONU concluye que “las situaciones que examinó respecto al traslado y la deportación de niños, dentro de Ucrania y a la Federación de Rusia respectivamente, violan el derecho internacional humanitario y constituyen un crimen de guerra”.

Vladimir Putin, firmó un decreto en mayo de 2022 para facilitar la concesión de la ciudadanía rusa a algunos menores.

Los investigadores también acusaron al gobierno ruso de haber cometido posibles “crímenes contra la humanidad”.

“La comisión constató que las oleadas de ataques realizados por las fuerzas armadas rusas desde el 10 de octubre de 2022 contra las infraestructuras energéticas ucranianas, y el recurso a la tortura por parte de las autoridades rusas podrían constituir crímenes contra la humanidad”, apuntó, recomendando que se abran investigaciones adicionales.

El grupo descubrió “un esquema de detención ilegal generalizado” en las zonas controladas por las fuerzas armadas rusas, contra varias personas, incluyendo mujeres y niños.

LAS CIFRAS DEL GOBIERNO DE UCRANIA

El mes pasado Lesia Zaburanna, diputada de Parlamento ucraniano, denunció que más de 16.000 niños ucranianos han sido deportados a Rusia desde que comenzó la invasión a Ucrania el pasado 24 de febrebro de 2022.

 Lesia Zaburanna, diputada de Parlamento ucraniano

Lesia Zaburanna, diputada de Parlamento ucraniano

La parlamentaria aseguró que en este periodo otros 350 niños han sido dados por desaparecidos y se ha logrado localizar a un total de 9.510 menores que estaban ilocalizables desde que se inició el conflicto.

Zaburanna dijo que la cifra de menores deportados representa el 20% de los niños de Ucrania y señaló que al menos la mitad fueron seprados de manera forzada de sus padres.

Asimismo, la parlamentaria denunció que los pequeños son forzados a recibir mensajes de propaganda política rusa durante horas, con la intención de idelogizarlos en favor del Kremlin.

“Les cambian el nombre y les lavan el cerebro”, dijo Zaburanna.

“La propaganda es un gran problema para nosotros porque convencen a las personas de ir a Rusia pero después se les imposibilita volver porque les venden una realidad falsa y no les facilitan documentos”, dijo la diputada.

Zaburanna dijo que la mayoría de los niños que son llevados a Rusia los separan de sus padres, a quienes les prometen documentación, pero una vez estando en el territorio ruso, la realidad es otra.

“Al menos al 50% de los niños les dan la ciudadanía rusa y les cambian el nombre, lo cual nos dificulta poder identificalos después para devolverlos con sus padres, les aseguran que en Rusia van a estar mejor, les venden una realidad falsa y después son separados de sus padres por la fuerza”, dijo la parlamentaria.

La integrante del Parlamento aseguró que una vez que los niños son llevados a Rusia o a los territorios ocupados por el Kremlin, es muy difícil poder protegerlos porque no tienen acceso a esas zonas.

Además denunció que esta práctica, la cual calificó del “crimen humanitario”, ha sido realizada por Rusia desde 2014 cuando invadió el territorio de Crimea. Aseguró que desde entonces, más de 40.000 niños han sido deportados al territorio ruso y a las zonas militarmente ocupadas.

Daria Herasymchuk, comisionada del Presidente de Ucrania para los Derechos del Niño y la Rehabilitación, aseguró a Infobae que, “la cifra oficial de niños que murieron en la guerra es de 461″, pero, “no es la cifra final, que sabemos que será mayor, porque aun estamos en la búsqueda de muchos. Hay niños que aun no tenemos identificados… Por otro lado, el número de niños heridos hoy es de 927. Pero al mismo tiempo todos los niños del país están heridos psicológicamente de algún modo. Estamos hablando de 7 millones de niños. Todo lo que está sucediendo con los niños en esta guerra es un acto de genocidio contra nuestro pueblo”.

Daría Herashymuk - aniversario guerra Ucrania - Infobae en Ucrania

Daría Herashymuk - aniversario guerra Ucrania - Infobae en Ucrania

Herasymchuk es la elegida por Zelensky para recuperar a los menores robados por Rusia.

Asimismo, Mykola Kuleba, quien es el CEO de la fundación Save Ucrania, aseguró que “por cada soldado ucranino asesinado, siete niños son deportados” a Rusia y los territorios ocupados.

Denunció que el Kremlin quiere convertir a los niños ucranianos en rusos a la fuerza y que son forzados a aprender el idioma ruso y la historia de Rusia. Además dijo que son sometidos al engaño.

“Tratan de convencerlos de que Rusia es bueno para ellos, los engañan con que los van a entrenar jugando al fútbol y resulta que son campos, pero les impiden regresar a su país, los padres no puedes cruzar la frontera para rescatarlos, lo cual es un crimen”, denunció Kuleba.

El también ex Defensor del Pueblo dijo que los soldados les prometen a los chicos que “a los 17 años les darán apartamentos para vivir”.

Kuleba dijo que el 65% de los niños ucranianos aún viven en el país, pero el 20% están retenidos por la fuerza en Rusia y los territorios invadidos, mientras que el resto está regado por el mundo.

CRÍMENES DE GUERRA DE RUSIA EN UCRANIA

Irpin, Bucha, Mariupol, Izyum, Zaporizhzhia… Todas estas ciudades ucranianas -y más- se transformaron en tierra arrasada por las tropas de Vladimir Putin. Pero una vez que las fuerzas rusas se replegaron, los testimonios que ya circulaban por los medios de comunicación y las redes sociales se transformaron en pruebas del horror. Porque los sobrevivientes hablan, y los cadáveres también.

Desde que los Estados recurren a la guerra para solucionar sus conflictos, existen determinados comportamientos prohibidos pero los crímenes de guerra como tal se establecieron en las Convenciones de La Haya de 1899 y 1907. Paralelamente, desde 1864, los Estados se preocupan por la protección de las víctimas de los conflictos armados. Las cuatro Convenciones de Ginebra de 1949 y los dos Protocolos adicionales de 1977, relativas al derecho internacional humanitario, se centran en la protección de las víctimas de los conflictos armados, entendidas como las personas que no participan o han dejado de participar en las hostilidades.

Así, se entienden como crímenes de guerra las infracciones graves de los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 y de los Protocolos Adicionales de 1977 así como las recogidas en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.

El Gobierno de Volodimir Zelensky, las potencias occidentales y los organismos de derechos humanos acusan a las tropas de Putin de haber cometido al menos 22 de los crímenes y violaciones graves de las leyes y costumbres aplicables en los conflictos armados internacionales que aparecen en el artículo 8 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.

LAS PRUEBAS INOCULTABLES

En Bucha, los soldados de Putin usaron un campamento para niños como campo de concentración. No habían pasado dos meses de la ocupación cuando los primeros vestigios del horror salieron a la luz. Los enviados de Infobae ingresaron a esos sótano e informaron de los cuerpos torturados y de los cadáveres ejecutados con las manos atadas en las espaldas.

Alla fue violada y torturada durante 10 días por soldados rusos en Izyum. Los hombres que la detuvieron buscaban información sobre su hijo, que trabaja para el servicio de seguridad interna de Ucrania, el SBU, y sobre su propio trabajo en la compañía de gas de la región. Su esposo, que trabajaba en la misma empresa, también fue detenido y torturado en un sótano de una clínica acondicionado de manera improvisada como sala de castigo. Como el de Alla, se multiplican los testimonios.

El 9 marzo un brutal bombardeo voló la maternidad de Mariupol, otra de las ciudades más castigadas por Moscú. Una imagen recorrió el mundo y se transformó rápidamente en símbolo de la barbarie rusa: con la mirada perdida, blanca como un papel, una mujer sostenía la panza casi a término de embarazo mientras cinco rescatistas la trasladaban en una camilla entre los escombros. Un hospital fue bombardeado y esa madre y su bebé no sobrevivieron.

Los centros de salud son un blanco de ataque prohibido por definición, pero Rusia dañó o destruyó 927 instalaciones sanitarias desde que lanzó su ofensiva, y las regiones más afectadas por esos bombardeos fueron Kiev, Chernihiv, Donetsk, Mykolaiv y Kharkiv.


Fuente: Infobae
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