En los primeros meses de este año cayeron dos árboles del casco céntrico de la ciudad, el primero por causa natural y el segundo a consecuencia del roce de una máquina que lo sacó de raíz y tiró sobre un auto estacionado frente a la obra en construcción del edificio Legislativo por avenida 25 de Mayo. Según un estudio del municipio, ambos eran ejemplares de chivatos con más de 60 años de antigüedad.
En virtud de estos dos incidentes, que se relacionan al ocurrido en diciembre del año pasado con el desprendimiento de otro árbol por la tormenta, la Dirección de Espacios Verdes de la Municipalidad de Formosa, inició un proyecto local de relevamiento real del arbolado urbano en el casco céntrico para detectar las características de los ejemplares antiguos con la idea de reemplazarlos por las mismas especies, en caso de que representen un peligro para la sociedad por la cantidad de sus años y la debilidad de sus condiciones.
“Son muchos los factores que influyen en la caída de un árbol. En siete años de gestión en el municipio, es la primera vez que se vienen abajo tres ejemplares del centro. El primero por la tormenta, el segundo por causa natural y el tercero, el último, luego de que una máquina lo roce en una mala maniobra. Son casos que nos alertaron y nos motivaron a iniciar un relevamiento del arbolado urbano del casco céntrico para reemplazar a los más antiguos. Es una decisión difícil que nos obliga a poner en la balanza lo ambiental y el riesgo que representa un árbol viejo para la gente”, dijo Mercedes Casals, titular de Espacios Verdes.
Acerca de las últimas dos caídos de árboles, Casals mencionó que “se tratan de la especie de chivatos con más de 60 años, los cuales podrían haber sufrido el deterioro de sus condiciones por el crecimiento urbano, las edificaciones y vibraciones del suelo” en lugares con mucha circulación peatonal y vehicular.
“Los árboles cuando se ponen viejitos y se los empiezan a golpear, llega un momento que caen. Soy ambientalista y mi posición es que no hay que tocar a los árboles, pero estos dos casos despertaron la alarma por los riesgos que ocasionan.
La idea nuestra es trabajar con estudiantes avanzados de la Universidad para hacer el relevamiento y acumular datos para luego avanzar en una etapa de reemplazos, que podrían ser de las mismas especies, u otras según los estudios y las posibilidades”, señaló la funcionaria local.