Con criterio que conforta a quienes hace años venimos bregando por una real y efectiva Educación Sexual Integral en Formosa, el Ministerio de Desarrollo Humano lleva adelante un ciclo de charlas destinadas a difundir este tema, clave para el desarrollo de niñas, niños y adolescentes.

Profesionales del Programa Provincial de Salud Sexual y Reproductiva de dicha cartera se reunieron la semana pasada con chicos/as provenientes de barrios del sector sur de la ciudad, que asistieron a la colonia de vacaciones en el complejo “Evita” del Paraíso de los Niños. Los aspectos abordados, propuestos por los mismos destinatarios/as, versaron sobre la importancia de conocer el ciclo menstrual, métodos anticonceptivos y prevención de embarazos no planificados.

Abrimos esta columna apelando al verbo confortar porque, en efecto, estimula saber que se avanza en el espinoso camino de la ESI, después de tantas marchas y contramarchas y a pesar de las dificultades que se fueron presentando en las últimas dos décadas.

Hay bibliografía suficiente que puede ser de ayuda en esta tarea, que La Mañana apoya sin retaceos. Libros que vienen a cubrir una necesidad ineludible de padres, madres y docentes: cómo trabajar el tema de la educación sexual integral en la escuela y en la familia.

Partiendo de la base de que la Ley de Educación Sexual Integral ya lleva 16 años de sancionada y todavía se encuentra en discusión en ciertos círculos conservadores, los investigadores Leandro Cahn, Mar Lucas, Florencia Cortelletti y Cecilia Valeriano publicaron en su momento una Guía Básica de alto valor instructivo.

Aclaran, de entrada, que no es una opción trabajar estos temas. Es interesante entender, tal como plantean, que lo que se calla en el aula no es sinónimo de inexistencia. Que las y los docentes elijan no hablar de sexualidad integral no significa que el alumnado no lo haga o no lo necesite.

Con la sana intención de brindar algunas herramientas básicas, estos investigadores/as de la Fundación Huésped elaboraron el mencionado manual, con una introducción que explica por qué es tan importante hablar del tema, y un desarrollo que aborda casos específicos en las aulas.

Ese capítulo es de vital ayuda para quienes transitan el ciclo escolar porque los ejemplos son claros y actuales. Con la premisa de que las y los educadores deben partir de una base científica, dejando de lado cuestiones personales, el libro cita alternativas para distintas edades y aclara que para niñas, niños y adolescentes hay contenidos distintos.

Además, y vaya esto para aquellas sociedades aferradas a tradiciones más conservadoras o donde el clero tiene mayor influencia, derriba mitos construidos en torno a la educación sexual.

Por supuesto que esta Guía básica para trabajar en la escuela y en la familia es sólo un ejemplo. Hay otros libros que también ofrecen instrumentos para respetar la diversidad, promover el cuidado del cuerpo y valorar la expresión de la afectividad.

Es cuestión de apoyarse en ellos, y en la decisión de las autoridades que impulsan charlas como la comentada, para que la ESI siga sorteando obstáculos.