El pasado martes 22 de noviembre, fue una especie de falso lunes negro para los argentinos. Nuestra Selección Nacional de fútbol masculino debutó en el Mundial de Qatar 2022 con una derrota insólita ante Arabia Saudita, terminando con el invicto de 26 partidos de La Scaloneta e iniciando un clima lúgubre en el país. A los argentinos aún nos quedaba encarar toda una semana laboral con la energía que nos dejó ese resultado.

Durante los días siguientes, las repercusiones negativas y la posibilidad de quedarnos fuera del Mundial estaban a la orden del día, sólo se podía pensar en una cosa: “El sábado debemos ganar ante México o volvemos a casa”.

El sábado 26 de noviembre se dio lo que todos anhelábamos, la victoria de Argentina dejó un clima de pura alegría y fe renovadas en el equipo liderado por Lionel Messi, algunos inclusive salieron a festejar el triunfo en la plaza San Martín, los bares de la ciudad estaban repletos de fanáticos con ganas de celebrar y “Tatané” no fue la excepción.

Al llegar al bar, se sentía un ambiente enérgico y vibrante: tocaba “Latteslareggaeband”, una propuesta incipiente de la ciudad que durante poco más de una hora brindó a cielo abierto un show intenso a un público con casacas de la Selección que tenía ganas de disfrutar y finalmente lo hizo, gracias a la buena vibra del reggae formoseño.

Lejos del clima invernal que la banda tuvo en su bautismo de fuego en agosto de este año, lo que se vivió el sábado a partir de las 22 horas fue un ambiente caluroso que anticipaba el verano y el mes de diciembre. La gente caía en la cuenta de que la mala racha estaba concluyendo y que, por un momento, venía lo mejor para la Selección y para todos. Era una noche predispuesta para la celebración, una noche predispuesta para el reggae, en pocas palabras.

La banda, integrada por Roberto Cuevas en voz, Carlos Céspedes en bajo, Alejandro Cáceres en batería, Emanuel Vega en guitarra y Fabián Yance en guitarra rítmica, estuvo a la altura de las circunstancias y en absoluta sintonía con la energía del público, e hizo un recorrido interesante por los temas más vibrantes del reggae, animándose inclusive a temas más oscuros como “Boys don't cry”, de The Cure, muy bien interpretado por Iván Pasquetta, músico invitado.

Los distintos integrantes forman parte de otros proyectos musicales bastante conocidos y disímiles a su vez, lo cual es propio del reggae formoseño debido a la poca exploración de este género por parte de los artistas de la provincia. Al respecto, el cantante de “Lattesla” y anterior miembro de la mítica banda “Santos Reggae”, afirma: “Siempre que se formaron bandas de reggae en Formosa, fue justamente tomando músicos de otros estilos. Básicamente vienen del pop, del heavy metal, del hardcore, del rock, inclusive del folclore”. Esta confluencia de estilos se percibe de manera muy armoniosa al escuchar a “Lattesla”, tanto en la potente batería de Alejandro Cáceres -más al estilo rock que al ritmo sincopado del reggae- como en la estridente guitarra de Emanuel Vega.

El grupo busca tomar los elementos naturales y primordiales del reggae, agregando la esencia de los estilos de los integrantes, como por ejemplo los sonidos potentes del rock and roll, con guitarras de blues que quizás a algunos puristas del ritmo no les agrade tanto y quisieran un solo de guitarra más isleño, caribeño o suave. Sin embargo, la banda demuestra que se puede hacer algo con un buen sabor y de buen gusto a partir de guitarras bien rockeras dentro del reggae.

De manera muy inteligente y estratégica, escogieron para su repertorio canciones con las que quizás el público se encuentre más familiarizado, pero siempre dándole una impronta única gracias a la voz de Roberto Cuevas, líder carismático del grupo. Todas las canciones en inglés interpretadas por la banda son de Bob Marley, brindando así un amplio abanico del reggae más espiritual a un público expectante de esa energía que sólo el Rey del Reggae es capaz de brindar. De esta forma tocaron “Stir it up”, “Waiting in vain”, “Iron Lion Zion” y “Jamming”.

Por otra parte, ya desde lo nacional, tocaron “Sin cadenas” y “Waitin” de Los Pericos, “No tan distintos” de Sumo, “Dulce amor” y “Sentimiento original” de Gondwana (Chile) y finalmente “Tus ojos” de Los Cafres. Sobre la elección de las canciones, su cantante afirma: “Son repertorios de aprendizaje, distintas vertientes de reggae internacional y nacional de lo mejor que puede haber, y con eso tratamos de hacer para los amantes del estilo y para las personas que escuchan por primera vez algo con buena llegada y que les pueda agradar a todos. Se entra por el gusto y después se explora dentro de la música”.

Por otra parte, la banda también interpretó temas propios como “Paisaje” y “Río místico”; ambas canciones son baladas ribereñas inspiradas en las baladas guaraníes y en las noches tropicales de la provincia. Son baladas en las cuales no se idealiza el amor, sino que describen situaciones particularmente sencillas de gente esperando a alguien en el río, de un encuentro a sus orillas, sin necesidad de algo material como intermediario, sino más bien hacia la búsqueda de un amor real y humano, “sin careta alguna”, como afirma una de las canciones.

Finalmente, el espectáculo terminó y nuevamente estábamos fuera de la isla, pero con una energía vibrante que duraría para rato. El clima del recital fue resultado de una retroalimentación latente entre el público y la banda: cánticos de fútbol, silbidos e inclusive el himno sonaron de fondo por parte de los asistentes durante toda la noche, al mismo tiempo que, con su electricidad de corriente alterna, “Lattesla” hacía palpitar una pasión siempre renaciente.