El Sistema Integrado Provincial de Emergencia y Catástrofes (SIPEC) acude a más de 10 siniestros viales por día en la ciudad de Formosa, es decir más de 300 al mes, para atender a heridos leves, moderados o graves, especialmente en los horarios pico para la circulación vehicular. Según los registros, estas franjas horarias comprenden de 7 a 8 de la mañana y de 19 a 21, en las que se produce la mayor cantidad de hechos.

Así lo afirmó a La Mañana el director del SIPEC, Jorge Daniel Figueroa, detallando que en octubre se registraron 340 hechos y en noviembre 318 sólo en la capital provincial, “en una tendencia que se mantiene con un promedio alto desde que se liberó el tránsito tras las restricciones por la pandemia: son unos 10.2 accidentes diarios”.

“Lo llamativo es la comparación a los meses de las restricciones por la pandemia, porque estábamos por debajo de los 100 siniestros mensuales; en promedio, eran unos 80. Cuando se liberó el tránsito, aumentaron los hechos, lo cual tiene que ver con la crisis de movimiento que hay, con tanta gente circulando y la cantidad de vehículos en la ciudad”, comentó Figueroa.

Respecto de las edades de las víctimas de los siniestros viales, el funcionario detalló que van desde los 17 años hasta los 50 principalmente, que son los que están en condiciones de conducir, aunque también hay niños entre los pacientes atendidos, por viajar con las personas adultas.

Las llamadas “zonas calientes” de la ciudad por el mayor número de siniestros viales están en el centro y el Circuito Cinco.

Tiempo de espera

La Mañana consultó a Figueroa sobre una queja frecuente de personas que requiere de la asistencia ante una emergencia: el tiempo que tardan las ambulancias en llegar a los lugares. Al respecto, dijo que hay un mito respecto de que, ante una llamada, a los pocos segundos ya debe aparecer la ambulancia, algo que no es posible.

Contó que durante los Operativos “Por Nuestra Gente, Todo”, personal del SIPEC da capacitación a los vecinos en RCP y otras cuestiones, y allí también explican el funcionamiento del sistema.

“Los tiempos de quien está teniendo una necesidad son diferentes a los de quienes no la están padeciendo. A veces a nosotros mismos nos toca pensar que la ambulancia está tardando; pero cuando después medimos desde que entró la llamada hasta que la ambulancia llegó al lugar, vemos que los tiempos son los prudentes para la llegada, aun cuando puede parecer una eternidad”, dijo.

Agregó que a nivel internacional, está establecido que el tiempo promedio para que acuda una ambulancia es entre 15 y 18 minutos. Por el tránsito, a veces se extiende a 20 minutos. Dijo que este lapso “puede parecer mucho para quienes tienen el problema, pero hay que tener en cuenta que ese tiempo pasa entre que la operadora recibe la llamada al 107, toma datos precisos del lugar del accidente y de lo que está pasando y envía el móvil. Hay que capacitar también sobre cómo llamar al 107, porque muchas llamadas son a puro grito y no dan información sobre adónde se produjo el hecho, y la operadora tiene que pedir calma”.

Para evitar esto, pidió llamar de manera tranquila en lo posible, informar qué tipo de accidente se produjo y dónde; también si vio o presenció el hecho; si puede ver si la persona está consciente o no y aportar sus datos personales, para que quede registrado. Si es en un domicilio, dar la dirección exacta y referencias que ayuden a los conductores a llegar rápido lugar.

En este sentido, destacó que el sistema cuenta con informatización de la logística y nuevas bases, como la del Lote 111 y La Nueva Formosa, barrios que antes dependían de la base del Puente Blanco.