La comunidad católica celebró este domingo de manera devota y numerosa a San Cayetano, el Patrono de la Paz, Pan y Trabajo, participando de las actividades y celebraciones en la capilla del barrio La Floresta.
Allí, la feligresía se emocionó con la bendición del pan y de los promeseros, y a la siesta salió en procesión con la imagen del santo. Las calles se poblaron de los ya habituales vendedores ambulantes, pero también de los altares que las familias armaron en sus casas para saludar el paso del grupo procesional. Otros optaban por encender velas en la capilla, renovando alguna promesa o agradeciendo las gracias concedidas.
En la misa central, el obispo, José Vicente Conejero, dio un fuerte mensaje social en el que pidió erradicar las desigualdades e hizo un llamado de atención ante los aumentos de precio y sus consecuencias en los hogares.
“La inflación empobrece y margina incluso hasta la miseria a tantos hermanos y hermanas. En esta ‘tierra bendita del pan’, como dice la canción, que es la Argentina, hay hambre y muchas familias no alcanzan a terminar el mes porque hay que pagar los gastos comunes, como el agua o la luz, por más que pongan subsidios. Las mercaderías también han aumentado considerablemente”.
De esta manera, el obispo hizo referencia al documento que elaboró la Conferencia Episcopal Argentina en ocasión de la fiesta de San Cayetano, en el que “reconoce la grave crisis sociopolítica y económica que estamos viviendo”, algo de lo que “todos somos conscientes y nos damos cuenta”, dijo.
Esa declaración episcopal dice, en sus primeros párrafos, que “pedir por el trabajo es pedir que todos los trabajadores y trabajadoras tengan derecho a vivir dignamente del fruto de sus esfuerzos cotidianos y a desplegar sus potencialidades y talentos para aportar al crecimiento de nuestra Patria”.
Monseñor Conejero agregó que el mensaje “primero hace una llamada a orar para que Dios derrame su amor y misericordia sobre nosotros, conforme a la esperanza que tenemos depositada en Él”. Además de la oración, se exhorta a “ser responsables unos de otros, cada uno según el don que ha recibido”.
El obispo, con esto último, se refería al párrafo del texto de la CEA que expresa: “En estos tiempos complejos, en que ningún sector parece dispuesto a ceder en sus intereses, nos hará bien a todos los que somos dirigentes en distintos ámbitos –políticos, sociales, sindicales, empresariales, religiosos, etc- dejarnos interpelar por las palabras del Papa Francisco: “La profundidad de la crisis reclama proporcionalmente la altura de la clase política dirigente, capaz de levantar la mirada y dirigir y orientar las legítimas diferencias en la búsqueda de soluciones viables para nuestros pueblos”.
Al respecto, dijo: “Como bien se lee, se hace mención, principalmente, a quienes tienen alguna responsabilidad civil: políticos, sindicatos, pero también religiosos. Sin embargo, el llamado es para todos. No hay que ser responsables para el bien propio o el del propio partido, que eso lo hacen estupendamente, sino también para todo el pueblo”.
De esta manera, llamó a trabajar juntos para erradicar las desigualdades: “¿Cómo unos ganan 300 mil, 400 mil y hasta 500 mil pesos, incluso más, y otros deban conformarse con $ 37 mil? El señor nos invita a que, si somos inteligentes y tenemos buena voluntad, podamos superar ese quiebre”, señaló, diciendo que ese mensaje viene bien en el día del Patrono de la Paz, el Pan y el Trabajo.
En la misa también se produjo la admisión a las órdenes sagradas del joven Pablo Matías Patiño, quien expresó su deseo de consagrarse e iniciar el camino hacia el sacerdocio.