* Por Héctor Washington

Seleccionado de entre alrededor de 700 elencos de todo el país en una convocatoria del Instituto Nacional del Teatro para participar del programa Transbordador Escénico - TAF (Teatro Argentina Federal), el grupo de teatro formoseño “Los de al lado” representó a Formosa y a la región NEA con la obra “Érase una vez… el lobizón” en el cierre de actividades que tuvieron lugar hace unos días en el predio de Tecnópolis de la Ciudad de Buenos Aires.

Lucas Ramírez, director de la puesta y también actor en esta obra, manifestó su alegría y también sorpresa por la gran recepción del público, que asistió masivamente a las dos funciones del espectáculo teatral: “La verdad es que la convocatoria fue sorprendente para nosotros, porque era bastante ambiciosa. Y en las dos funciones hubo aproximadamente unas 200 personas. Fue a sala llena en las dos presentaciones. Yo, personalmente, no conocía Tecnópolis. Es un espacio gigantesco y en las dos funciones compartimos nuestro lobo formoseño, con más de 400 personas. Para nosotros, ha sido todo un orgullo representar a la provincia y también estamos muy contentos por eso”.

Por su parte, Constanza Micheloni, también parte del elenco asistente, reveló que “para nosotros fue un desafío muy importante, porque no sabíamos con qué nos íbamos a encontrar. Una vez que llegamos a Tecnópolis, vimos la cantidad de gente que ingresaba. Y fue como decir: ‘¡Estamos acá desde Formosa!’. Estamos muy contentos porque la repercusión fue muy importante y asistió mucho público infantil. Fueron reaccionando con risas y demás… eso se transmite en toda la energía, con nosotros arriba del escenario, y lo pudimos tomar. Nos divertimos y fue lo que le llevamos al público, un poco de risas de nuestra tierra”.

De la puesta en escena participaron ocho trabajadores en total: algunos haciendo los cambios de personaje y dos actrices que encarnan a las bailarinas: Lucas Ramírez, Joselo Mak, Constanza Micheloni, Viviana Benítez, Laura Saavedra y Lilian Bracamonte. Los técnicos, Rolando Villasanti (iluminación) y David Acuña (sonido y musicalización), y los vestuaristas Carlos Rigonatto y Graciela Arrón -con locución en off de Tomás Caballero-, terminan de conformar el elenco, que viene trabajando en “Érase una vez… el lobizón” desde el año 2018, obra que les permitió ganar el 28° Festival Provincial de Teatro ese año y representar a la provincia en el 33° Festival Nacional en Rosario. La obra fue muy bien recibida por la crítica especializada teatral de todo el país y se posicionó dentro de las diez mejores obras del festival de este año; ha representado además a Formosa en numerosas provincias del país e incluso en la Embajada Argentina en el Paraguay.

Todo este reconocimiento por parte de la crítica y el público les ha permitido formar parte de este programa federal de artes escénicas del Instituto Nacional del Teatro en Tecnópolis, que busca agrupar “todas las manifestaciones escénicas del país, tanto por provincia como por región”, poniendo en valor “todas las actividades que el INT desarrolla como organismo a nivel federal, para generar un espacio representativo del teatro y la danza independientes en la actualidad”.

Ramírez manifestó también que “luego de dos años de pandemia que tuvimos lamentablemente y donde quedamos ahí un poco estancados, ahora reactivamos y la verdad es que uno tiene mucho para ‘aullar’ todavía y contar de Formosa y su colorido, mostrarlo y compartirlo con todo el resto de la Argentina y -por qué no- del mundo”.

La trama desarrolla la historia de un elenco teatral que se aventura a la representación de “Nazareno Cruz y el lobo”, tarea por demás compleja que termina desencadenando una versión libre y disparatada que pinta un fresco muy colorido de nuestra región litoral.

“Más que nada, ellos conocen lo que es la historia por la película de Leonardo Favio. Entonces tienen una idea. Y nosotros lo que hicimos fue pintar todo el colorido regional desde la música, el vestuario… es como que llevamos una partecita del Norte y eso fue muy bien recibido”, aseguró Micheloni.

En tanto, Ramírez se explayó: “Lo más lindo que nos pasó fue que dentro de esa cantidad de gente que nos fue a ver, nosotros nos disponíamos a saludar al público, y nos decían: ‘Yo soy de Pirané’, ‘Yo soy de El Colorado’, ‘Soy del Chaco’… Todo lo que es la región. Sabemos que en Buenos Aires hay mucha gente de todas partes de la Argentina y creo que sentirse identificado con lo nuestro estando lejos debe ser una experiencia súper interesante. Así que eso también fue muy emotivo para nosotros”.

Graficó además que la obra comienza con las bailarinas, “que son las bailarinas de peña folklórica que fueron a meterse dentro del público y a traerlo a escena, a contarle que éramos de Formosa, qué comemos: sopa paraguaya, chipa… un montón de cosas. Porque la obra es como una sensación también y una experiencia entera sensorial. Entonces, desde la comida, desde el colorido de las bailarinas de folklore, la leyenda del lobizón, todo dentro de una comedia de actores que quieren hacer una versión de ‘Nazareno Cruz y el lobo’ y terminan haciendo una versión muy libre de la leyenda del lobizón, la obra es muy graciosa y la gente la disfrutó mucho”, finalizó.