PALO SANTO – Con el objetivo de potenciar la formación profesional de todos los integrantes de la estructura agrícola, contribuyendo al desarrollo y promoción de la comunidad rural, nació hace 35 años el Centro de Educación Agrícola Nº 1 en la localidad de Palo Santo. Desde entonces, hasta nuestros días sigue dando respuestas a las demandas educativas y productivas de la zona.
En diálogo con La Mañana, la ingeniera Agrónoma María Amparo Canalis, directora del CEA Nº 1, brindó detalles que hacen a la historia y vigencia de esta institución educativa agraria emplazada en el corazón de la localidad de Palo Santo.
LM: ¿Cómo surgió el CEA Palo Santo y por qué?
M.A.C.: “Esta institución se genera a raíz del pedido del Centro Comunitario Solidaridad de Palo Santo a la Dirección Nacional de Educación Agropecuaria en el año 1986. Rápidamente, se realizaron los trámites de rigor, entre ellos los estudios de factibilidad realizados en dos oportunidades por comisiones técnicas quienes, entre otras tareas, y luego de reunirse con la Comisión Pro Centro de Educación Agrícola, formada por pobladores de la comunidad, determinaron la conveniencia y utilidad de su creación”.
LM: ¿Cuál ha sido su rol social desde su nacimiento hasta hoy?
M.A.C.: “Por sus particulares características, que se manifiestan en sus funciones, entiende en la orientación y formación profesional de todos los integrantes de la estructura agraria, contribuyendo al desarrollo y promoción de la comunidad rural a través de sus seis áreas: capacitación agropecuaria, hogar rural, educación rural, cooperativismo, promoción y desarrollo de la comunidad rural e investigación. Su actividad se ha ido desarrollando de acuerdo a la demanda de la comunidad en cada una de estas áreas que abarcan desde talleres y jornadas, pasando por los cursos de capacitación laboral y de formación profesional, fomentando el asociativismo en sus diferentes niveles, acompañando a la comunidad en sus iniciativas; capacitando y generando investigaciones adaptativas; asesorando y brindando servicios a los pequeños productores, en muchos casos asociados a los cursos de Operario Tractorista que se brindan”.
LM: ¿Cómo fue adaptándose a las necesidades productivas de la zona en cuanto al plan de estudio y ofertas?
M.A.C: “Una de las actividades principales que se desarrollan todos los años es la determinación de la demanda. Esto se logra analizando de qué manera esta institución, tan versátil, puede ser útil a su comunidad. Esta tarea implica el sondeo con los distintos actores y sectores de nuestra comunidad, escucharlos y entender sus inquietudes y necesidades, para luego, en sucesivas reuniones de equipo, determinar año a año cuál será la estrategia de intervención para cubrir la demanda de la sociedad, tendiendo siempre a su desarrollo y progreso. Se debe tener en cuenta que la gente no viene al CEA por obligación, sino porque quieren o porque necesitan”.
LM: ¿Cómo los encuentra este 35º aniversario y cómo lo conmemoraron?
M.A.C.: “Nos encuentra con mucho trabajo, especialmente por la reducción horaria. De ser un establecimiento de jornada completa se redujo a jornada simple y por la falta de cobertura de cargos desde hace mucho tiempo, que gracias a Dios en esta nueva gestión del ministro Luis Basterra se ha destrabado con el nombramiento efectivo del cargo de secretario docente.
En realidad, por razones operativas, se cayeron por las tormentas varios añosos árboles de Tipa que impidieron preparar las instalaciones como se merece este acontecimiento, así que pospusimos en esta oportunidad los festejos del 27 de junio, fecha en la que comenzó a operar efectivamente la institución para el 26 de noviembre fecha de su creación formal”.
La oferta académica
Por otra parte, Canalis detalló que este año dictan cursos de Apicultor, Operario Tractorista y Auxiliar Hortícola orientado al reconocimiento, cultivo y utilización de plantas medicinales. La matrícula total es de 59 estudiantes. El cuerpo docente actual es de un cargo directivo, un secretario docente, dos instructores, un ayudante de clases prácticas y un profesor de 15 horas cátedra.
“Las actividades que seguiremos desarrollando el año que viene son preparación de suelo, siembra y confección de rollos para productores, asesoramiento técnico, provisión de semilla de Pro-Huerta, investigación y producción en el INVER-CEA, huerta orgánica demostrativa, vivero de plantas ornamentales y frutales, interacción con establecimientos educacionales. En cuanto a los cursos a dictarse, estamos evaluando la demanda para diseñar la oferta. En este sentido, estamos viendo un creciente desarrollo de los autoempleos informales especialmente del cuentapropismo y el emprendedurismo. Observamos que nuestros exalumnos de los cursos de dulces, cocina, panadería, repostería etc. están produciendo alimentos para la venta. Si bien estos exalumnos fueron capacitados en cuidados bromatológicos, venta y mercadeo, creemos que toda esta economía popular debe tender a blanquearse y eficientizarse con el acompañamiento de personas capacitadas que les brinden asesoramiento e información, colaborando en la generación de riqueza que desarrollan, no para el cobro de impuestos o la persecución del emprendedor, sino para su desarrollo y progreso”, enfatizó la directora del CEA Nº 1.
“Estamos analizando varias posibilidades; entre ellas, la primera que nos surge es capacitar a empleados públicos, para que cumplan la función de una suerte de ‘acompañadores bromatológicos’, personas que, con conocimientos certificados en la materia, puedan acompañar y facilitar la actividad de estos emprendedores. Todavía tenemos mucho que trabajar en este sentido”, concluyó.