El efectivo de GN hallado muerto de un disparo en la cabeza en su departamento de la ciudad de Santo Tomé, Corrientes, debía más de un millón de pesos, establecieron fuentes ligadas a la investigación.
Cabe consignar, además, que si bien el secreto de sumario rige en torno a la causa, la prensa pudo conocer que en la habitación en la que hallaron el cuerpo del sargento Viveros había una remera con restos de pólvora, la cual habría sido colocada en la mano derecha y, de alguna forma, absorbió parte del fulminante tras el disparo. En ese contexto, el fiscal Facundo Cabral podría pedir en los próximos días la realización de una nueva autopsia al cuerpo, en la que se deberán establecer los ángulos de ingreso del proyectil. Esto, según se cree, podría descartar la hipótesis del homicidio, teniendo en cuenta la gran cantidad de elementos hallados en la casa del efectivo, que forman parte del expediente y que no son revelados.
En principio, surgió la versión de que el sargento Alfredo Vivero, de 37 años, era un prestamista, pero los investigadores tendrían evidencia para situarlo como un “supuesto inversor” con dinero de terceros. En este sentido, trascendió que recibía dinero con la finalidad de colocarlo en el sistema financiero a cambio de una tasa de interés más que seductora.
Las autoridades no pudieron confirmar si el hecho fue un “suicidio” o bien “homicidio”. El hombre murió de un disparo en la cabeza. Al proyectil lo encontraron incrustado en una pared. Vivero fue hallado por su esposa muerto el martes 21 en su domicilio de calle Beltrán esquina Toranzos. Resta realizar una serie de estudios periciales (entre otros detalles para saber si su arma fue la disparada) que reforzarían una u otra hipótesis.