El Presidente se encontrará con Biden, Scholz y Macron en Alemania para proponer una agenda vinculada a la guerra de Ucrania y América Latina, pero la situación de los mercados y las pujas palaciegas no estarán al margen de la breve gira europea
Alberto Fernández emprende un importante viaje al G7 de Alemania condicionado por la situación económica y la tensión interna causada por sus diferencias políticas con Cristina Fernández de Kirchner.
Alberto Fernández pretende convertir a América Latina en el principal proveedor de alimentos e hidrocarburos a nivel global, apalancado en la guerra ilegal que Rusia libra contra Ucrania. Este conflicto complicó la seguridad alimentaria y la disposición de gas en Europa, y el Presidente reiterará en el G7 que la región puede suplir la venta de los comodities que se negociaban todos los días en Moscú y Kiev.
El lunes próximo, en un salón majestuoso del Castillo de Elmau (Alpes bávaros), Alberto Fernández insistirá con su propuesta regional frente a Joseph Biden, Olaf Scholz, Emmanuel Macron y otros líderes occidentales. Nunca sucedió que un presidente de América Latina participe de una reunión del G7, y menos aún para explicitar que el Sur ya padece las consecuencias de un conflicto bélico que anticipa un nuevo orden internacional.
El lunes 27, cuando Alberto Fernández haya concluido su discurso ante los líderes mundiales, la City Financiera pondrá a prueba -de nuevo- la estabilidad política de Guzmán y Pesce, que el viernes pasado observaron en sus celulares como el riesgo país subía a 2.400 puntos y el dólar libre a 226 pesos.