CLORINDA (de n/agencia) – En la jornada de este lunes se recuerda el Día del Trabajador de la Educación y, en ese marco, el coordinador de ADF en Clorinda, Solano Mendoza, consideró necesario “recordar cómo y por qué nació esta celebración. Es importante ponernos en contexto”, arrancó diciendo.
“El proceso que derivó en aquella marcha comenzó a gestarse años antes, a fines de los ‘80, cuando se inicia una etapa de consolidación de la CTERA con la lucha por el salario básico unificado, paritarias nacionales y una Ley Nacional de Educación. El año 1987 había terminado con los docentes en la calle movilizados tras la consigna: ‘Así terminamos, así no comenzamos’. A comienzos de 1988 y frente a la inexistencia de respuestas por parte del Gobierno, el conflicto se hizo inevitable. Pocos días antes del inicio del ciclo lectivo, un congreso extraordinario de CTERA votó la huelga por tiempo indeterminado”, historió el docente en diálogo con esta Corresponsalía de La Mañana.
Ejes de la lucha
“El Gobierno de Raúl Alfonsín se encontraba claramente debilitado por la derrota electoral sufrida el año anterior y, en las escasas negociaciones que se llevaron adelante, ese año no se llegó a ningún acuerdo”, también mencionó Mendoza para sumar que “frente a la fragmentación del salario y del Sistema Educativo, se plantearon lo que serían los ejes convocantes de la lucha: nomenclador básico común y unificación del sueldo básico de maestro de grado jornada simple; Estatuto Federal del Trabajador de la Educación y Ley Federal de Educación”.
El 14 de marzo de 1988 comenzó el paro por tiempo indeterminado. Las negociaciones con el Gobierno nacional, en la comisión de política salarial y con los gobiernos provinciales, fueron infructuosas. “El paro se cumplía con gran acatamiento en todo el país, aun por los docentes no sindicalizados, los privados o de otros sindicatos tradicionalmente enfrentados a la CTERA y se extendió a las universidades, impulsado por la CONADU”, señaló el gremialista para sumar que “la huelga se extendió durante 42 días. Fue entonces que la docencia argentina protagonizó lo que muchos consideran una gesta histórica para la educación del país en la lucha en defensa de la escuela pública”.
“El 18 de mayo, desde los cuatro puntos cardinales del país partió una marcha que convergió en la Capital Federal el 23 de mayo. Como la Plaza de Mayo fue fuertemente vallada y custodiada, el acto se realizó en el Obelisco, donde más de 100 mil trabajadores de la educación de todo el país llenaron varias cuadras de la 9 de Julio. Al día siguiente, en un congreso de la CTERA, si bien no se habían conseguido todas las reivindicaciones -continuaba debatiéndose el espinoso tema de los descuentos realizados por algunas jurisdicciones-, se decidió el levantamiento de la medida de fuerza. El Congreso Nacional había sancionado un paquete impositivo para proveer un mayor financiamiento a la educación pública y estaba presente la expectativa por lograr la sanción de una ley de paritaria docente, impulsada por el diputado Carlos Auyero, que finalmente fue sancionada”, señaló como puntos relevantes.
El VII Congreso Extraordinario de CTERA declaró el 23 de mayo Día del Trabajador de la Educación, para recordar que en la lucha, “los maestros no dejamos de enseñar, enseñamos a luchar. En nuestra provincia y por gestión de la Agremiación del Docente Formoseño, fue instituida esta fecha mediante el decreto 153/90 PEP e incluido el asueto en el calendario escolar único decreto 175/93 Poder Ejecutivo provincial”, marcó también Mendoza, dirigente de ADF en Clorinda.