Comenzaron a realizarse las pruebas Aprender. Los y las estudiantes de sexto grado de escuelas de Nivel Primario del país fueron evaluados en Lengua y Matemática. En total, el examen, que fue de carácter censal, calificó el desempeño de aproximadamente 770.000 estudiantes de unas 23.000 instituciones. El año pasado, a causa de la pandemia y del cierre prolongado de escuelas, esta evaluación no se realizó.

En lo concerniente a este tema, el profesor Mario Olmedo, doctor en Educación, señaló a La Mañana que “en el camino de cualquier estudio o abordaje de una realidad, las pruebas siempre sirven”, y que el inconveniente reside en qué se hace con esos resultados. “Con buscar culpables, comenzar a repartir culpabilidades y el ‘sálvese quien pueda’, no se va a mejorar”, acotó.

“Hace rato que la educación pública está ‘enferma’, no satisfaciendo las expectativas sociales. Estas pruebas Aprender vienen a alertarnos y a ‘poner sobre la mesa’ cómo vamos yendo. La educación ‘floreció’ en el momento en que nació en el país para formar al ciudadano que se necesitaba en el Estado-Nación. Eso anduvo muy bien, hasta llegar a los ‘picos’ más altos. Después, al darnos cuenta de que la cantidad de deserciones en el Sistema Educativo, en Primaria, Secundaria y en Universidad, eran muy alarmantes, y cuando esas deserciones empezaban a formar los sectores de exclusión social, comenzamos a decir que tendríamos que cambiar la educación”, explicó Olmedo a este diario.

“En la década del 60, comenzaron todos los intentos de cambio. Hemos cambiado la formación docente y los grados de escolarización. Hicimos una serie de ‘cosmetologías’, pero no hemos logrado ‘dar en la tecla’. Con los resultados del reciente informe de la UNESCO, creo que estamos empezando a ‘tocar fondo’. También, estos datos ponen en ‘el tapete’ quién invirtió más o menos en educación. Quizás esos factores sean importantes. Pero al ‘paciente’ no se lo atiende”, agregó.

En paralelo, aclaró que en el relevamiento de la UNESCO efectuado en 2019 y difundido esta semana, que ubicó a la Argentina por debajo del promedio regional en cuatro de las cinco evaluaciones, se releva “cuánto de logro tiene cada escuela, conforme a lo que la escuela se propuso”, y que no sigue un nivel estándar, como las pruebas PISA.

Asimismo, expresó que tanto las cuestiones presupuestarias como las curriculares, al igual que aquellos aspectos relacionados con la formación docente y con los sectores incluidos y los marginados en materia de rendimiento, están “a la vista”, y que el problema es “cuándo” se decidirá trabajar sobre los problemas existentes.

“En la Argentina, en los últimos 50 años, se ha extendido la educación pública a todos los sectores. Ahora, esa extensión, ¿se hizo sólo en más escuelas? ¿Se hizo también en docentes adecuados para cada demanda? ¿Se elaboraron planes de estudio para cada realidad cultural? ¿Cuántos ‘remedios’ para cuántos ‘tipos de enfermedades’ tenemos?”, aseveró.

El docente aseguró que se requiere más inversión en formación docente, y advirtió que en líneas generales, los Institutos de Formación Docente “están lejos de los rangos cualitativos que se pueden exigir” y que “no llegan a un nivel de ‘masa crítica’ docente dedicada ‘a full’ a la cuestión”.

A su vez, expuso que en materia curricular, la ampliación de la oferta educativa, con “buenas instalaciones”, es “bienvenida”; pero “sin una política ‘agresiva’ de formación docente y de desarrollo curricular”, en algún momento, “se paga el precio”.

Por otra parte, Olmedo alertó que existe una “falta de vocación” en el campo político para acordar cuáles son las cuestiones prioritarias en materia educativa, y manifestó que antes de la pandemia “ya se sabía que la presencialidad sola era necesaria pero no suficiente” y que “la virtualidad sola no es suficiente”.

Por último, el profesional remarcó que los niños y niñas “tienen que saber socializarse”, porque “el ‘nosotros’ hoy del país es diverso, plural, y todos formamos parte de la sociedad, todos tenemos un valor importante”, por lo cual “no se puede seguir con ciudadanos ‘de primera’, ‘de segunda’ y ‘descartables’”.