El propietario de supermercado OLKA, Javier Kullak, habló con La Mañana en Vivo sobre el robo millonario que sufrió ayer a la mañana en su local ubicado por avenida Juan Domingo Perón del barrio San Miguel. En sus declaraciones afirmó que hubo un entregador y explicó que el único delincuente “se movió como chancho por su casa” con información exacta de dónde estaba el dinero de la caja fuerte.

En su relato, el comerciante mencionó que el domingo cerca del mediodía, una persona armada ingresó al local hasta la zona de limpieza como un cliente más, hasta que subió rápidamente una escalera que lo llevó hasta la oficina del primer piso donde se encontraba el encargado.

"Allí lo apuntó con una pistola, lo ató y luego lo amordazó. Curiosamente, el delincuente se movió como chancho por su casa, apagó la única cámara de la oficina que funcionaba y fue directamente a la caja fuerte personal que la tenía escondida, cuando había otra a mano y donde está el dinero de los movimientos de ventas.

Claramente, por cómo actuó, esta persona tenía información desde adentro, de un cómplice, esto no fue un robo al voleo, acá me entregaron, estoy convencido de eso porque el ladrón sabía bien cómo moverse ”, afirmó Kullak.

El entrevistado mencionó que luego del hecho, la Policía en su tarea investigativa, demoró a tres empleados del supermercado que estaban trabajando en el instante que ingresó el ladrón armado, incluido el encargado que fue encañonado y atado durante el ilícito.

“Del atacante aún no hay novedades. El tipo que se llevó 30.000 dólares y más de 900.000 pesos, salió tranquilo del negocio y se subió a una motocicleta junto a otra persona que lo estaba esperando”, señaló.

Para Kullak, que el ladrón haya ingresado solo con un destornillador y una barreta hasta la zona de la oficina, en un momento de poco movimiento de clientes, sin intentar abrir la primera caja fuerte visible en la oficina, con el único objetivo de buscar el dinero en la otra caja fuerte que estaba escondida, sólo reafirma la línea investigativa que hubo un cómplice desde adentro.

“Fue directo al lugar, sabiendo que sólo una cámara de las dos de mi oficina andaba, ese registro se llevó. Nadie que desconoce o no tiene información certera, se puede mover de esta manera en un supermercado tan grande”, agregó.