Por Héctor Washington
Dos cortometrajes formoseños tuvieron destacada participación en la provincia de Misiones al ser distinguidos en la reciente edición del 18° Festival Internacional “Oberá en Cortos”. Se trata de trabajos curriculares de alumnos de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica Sede NEA.
“Tijera” es un retrato documental dirigido por el realizador audiovisual Horacio O’Higgins que concentró la labor de un gran equipo de trabajo de alumnos de primer año y resultó ganador por el voto del público en el Certamen Universitario “Entre Fronteras”, distinción que se sumó a la que consiguiera a fines del año pasado en la 10° Edición del Festival de Cine Regional Guácaras, que tuvo lugar en Santa Ana de los Guácaras (provincia de Corrientes). En aquella oportunidad, el grupo se hizo acreedor de una estatuilla y la suma de veinte mil pesos por parte de la Facultad de Artes, Diseño y Ciencias de la Cultura (FADyCC), dependiente de la UNNE.
Juan Esteban Lezcano, tapicero de profesión y expugilista, que falleciera el 17 de julio pasado, es retratado en “Tijera” a sus ochenta años, un hombre que se niega a abandonar su pasión: el boxeo. Aun con el pesar de los años, Tijera continuó entrenando a jóvenes promesas del cuadrilátero, ya con los problemas de salud propios de su avanzada edad.
Staff “Tijera”: Horacio Olmedo O`Higgins (Dirección), Ayelén Loebarth (Producción), Jimena Ayala (Asistencia de Direc-ción y Guion), Leandro Fernández (Dirección de Fotografía), Jesús Torres (Montaje), Kamila Lird (Sonido), José Beltrán (Dirección de Arte), Luis Ruiz Díaz (Asistente de Dirección), Victoria Velazco (Asistencia de Producción), Martín Palavecino y Maxi Ramos (Asistencia de Fotografía), Priscila Cabrera (Asistencia de Sonido) y Loana Martín (Asistencia de Arte).
Por su parte, “Impune”, un trabajo de tesis dirigido por Cecilia Hauff, recibió una mención especial del jurado de “Oberá en Cortos”. Ya en 2020, el trabajo había sido parte del Festival Guácaras y seleccionado para participar del 10° Festival Internacional de Cortometrajes “Visualízame Audiovisual & Mujer” en Aguadulce, España.
Tomando una historia real como punto de partida, el corto retrata la vida de Marisol, una periodista que cumple funciones en un diario local llamado “Hoy noticias”. Un desesperado pedido de ayuda de Vilma la interpela a brindarle socorro involucrándose con el caso. Pero el principal implicado hace uso de su poder y silencia las voces que lo implican, manipulando la información del medio contra la voluntad de Marisol, quien se arma de coraje y decide tomar parte para lograr Justicia.
Staff “Impune”: Carla Duarte (Producción, Guion y Asistencia de Dirección), Nicolás Caballero (Dirección de Fotografía), Damián Parola (Dirección de Sonido) y Evelin López Soto (Dirección de Arte y Montaje).
En diálogo con Cronopio, Horacio O’Higgins y Carla Duarte brindan detalles acerca de las producciones distinguidas en estos festivales y dan cuenta de cómo los moviliza la actividad audiovisual que profesan y practican a tiempo completo, además de analizar la complejidad que implica ejercer su profesión en el contexto formoseño.
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“TIJERA”
“Tijera” consigue ganar el certamen “Entre Fronteras” en Oberá, luego del Festival de Cine Regional Guácaras, en Corrientes, en 2020. ¿Cómo encuentra al equipo este nuevo reconocimiento?
- “Sí. Esta es la segunda vez que ‘Tijera’ concursa en un festival. La primera vez fue en Guácaras, en diciembre del año pasado. Pero ahí sí ganó por voto del público y del jurado una estatuilla. En este caso, gana por voto del público. Y el equipo lo toma muy bien, obviamente. ‘Tijera’ es un retrato documental, un trabajo de primer año de la ENERC en el cual los chicos recién empiezan a transitar su recorrido. Y es uno de los primeros trabajos que gana de esta manera. Esta es la primera ocasión en que un trabajo gana dos veces de seguido y sigue siendo invitado a otros eventos. Todo el equipo lo toma muy bien; es un reconocimiento que nadie espera. Ellos fueron a buscar el premio y volvieron muy contentos. Es algo que te alienta a seguir, a pesar de saber que estás haciendo arte en estas condiciones de pandemia, en este lugar donde no conseguimos laburo en cine… Bueno, esto posibilita seguir; es un empujón. Yo, que ya vengo transitando el cine desde hace mucho tiempo, que ya pasé por algunas cosas, igual me sigo sorprendiendo. Y aun más, porque -de trasfondo- Tijera es mi suegro. Lo conozco desde hace muchos años y me posibilitó poder contar su historia. Entonces, como es un corto con un personaje cuya historia quise contar, lo quise hacer de otra manera. Recibir otra vez un premio, para mí es como que gané el Oscar”.
¿Qué tan complejo fue condensar, en nueve minutos y medio, 80 años de experiencias vividas por un personaje como Juan Lezcano?
- “Es muy complejo poder contar algo en muy poco tiempo en un documental porque tenés que captar lo espontáneo, el recorte de realidad lo menos invadido o contaminado posible. Si bien se trabaja con un guion, este guion es una especie de guía de qué es lo que vamos a intentar acortar. Ahora, el recorte de esa realidad se basa también en el montaje, cuando según lo que se va capturando, según los relatos que vamos tomando, en el montaje vemos cómo acomodar eso a la historia que nos cuenta Juan en este caso. En un primer momento, tenía la idea fija de cómo iba a ser el recorrido: que iba a estar Juan en su taller, que nos iba a contar tal cosa como una entrevista en cámara fija… y luego tenía que aparecer en el lugar donde él trabajó los últimos tiempos como entrenador. Y que ahí fluya, en su ámbito. En ese momento el documental vira más de entrevista a lo observacional, es antropológico en cierta medida. Eso es lo que ocurre. A este documental se lo mostró uno de los chicos al director de ‘7 cajas’ (Juan Carlos Maneglia) y resaltó que evidentemente nosotros sabíamos muy bien lo que queríamos contar”.
“Tijera” tiene además la importancia de dejar registro documental de un personaje muy importante de nuestra comunidad, más aun luego de su reciente partida…
- “Yo decidí contar sobre mi suegro, porque lo había visto como un personaje y me propuse rescatar su historia. Uno de mis profesores me decía: ‘Tenés que contar las cosas que suceden a tu alrededor, en tu entorno, con los chiperos, con los contrabandistas… contar la historia que nadie busca’. Entonces yo ya tenía el personaje ahí. Yo ya conocía su vida, la escuché mil veces me he quedado a hablar como novio de su hija. Juan, a pesar de su edad, agarraba su bicicleta e iba a enseñarles a los chicos en ‘Oasis’ o donde le tocaba; renegaba por eso, porque uno a esa edad ya reniega. Pero él lo hacía igual porque quería dejar algo y seguir enseñando; era su pasión. Sentía esa responsabilidad de darle algo a alguien, de otorgar lo único que tenía: la experiencia vivida de ser boxeador y enseñarle un deporte a alguien. Él no lo veía como algo violento sino como una forma de vida, de comportamiento. Él, cuando podía, a su manera rescataba a los chicos de la droga, porque les enseñaba algo, les enseñaba otra herramienta para seguir. Esa era su manera o su contribución a la sociedad. De hecho, cuando falleció, los chicos fueron a verlo. Había un chico que lloraba amargamente porque no llegó a despedirse de él por el tema del COVID. Estoy hablando de un chico de 20 años, y lo tenían como su abuelo. Él con los pibes era un pibe más. Quizás no es Monzón, no ganó un premio mundial como para que todos lo veneren. Pero lo que contribuyó a la sociedad formoseña al enseñar a cuántos chicos el boxeo, a cuánta gente... porque ha enseñado a mujeres a defenderse también. Inclusive, los dueños de ‘Oasis’ te pueden decir: él los entrenó a ellos y hoy son campeones. Era un personaje quizás desapercibido para muchos, pero esas cosas hacen que por lo menos vos puedas poner una isla en medio del océano y decir: ‘Bueno, acá estuvo’”.
Como director de “Tijera”, ¿qué aspecto del documental creés que más votó el público en este Certamen Universitario “Entre Fronteras” que lo hizo ganador?
- “Pueden ser muchos, pero creo yo que votó algo que no es ficción. Votó algo que interpela. Y nosotros generamos sentido social, somos la máquina de la generación de la producción social de sentidos. ‘Tijera’ tiene mucho de cine, pero también de periodismo. E interpela a la persona que lo ve, más allá de que el personaje hace todo. Desde el primer momento hasta el último te atrapa, no le prestás atención a los detalles técnicos, porque directamente te centrás en el personaje y su historia. Porque es verosímil, él no está actuando de nadie. Él es eso. Y yo traté de captar lo que veía, lo que conocía, e intenté que no se contamine con tecnicismos para que se cuente mejor. No había otra forma de contarlo, era él. Yo creo que si le gusta al público, es porque lo interpela. He visto un montón de cortos que son mejores técnicamente, pero no llegan a ningún lado. Si te detenés, es porque en algún lugar te interpela, en tu corazón, en tu cabeza, donde sea. Te está llegando y te está diciendo: ‘Acá hay algo que me dice a mí que yo tengo que cambiar, tengo que ver, tengo que dejar, tengo que hacer…’. Cuando entré a la ENERC y me hicieron la entrevista de ingreso, me preguntaron qué película iba a hacer. Y yo les dije: ‘No sé qué voy a contar, pero yo voy a contar historias que son reales, lo que le pasa aquí a la gente’. Creo que eso nos hace mucha falta. Formosa tiene mucho que contar, pero siempre se está contando desde una mirada política, sea cual sea el partido. Siempre es una mirada política. Acá hay gente que hizo muchas cosas, hay mucha historia y nadie le da ni cinco de bola. Como decía una vez un profesor: ‘Pero si hubiese ganado algún campeonato Tijera, ya tendríamos la película’. Lo que pasa es que estamos acostumbrados al Superman, a Marvel, al superhéroe que vuela, que es indestructible y que tiene la bandera yankee. Sin embargo, Tijera es el antihéroe, el que todos podemos ser, el que anda en bicicleta (todos tenemos una bicicleta). Pero lo ves auténticamente, no tiene maquillaje, ni vuela, ni es multimillonario, ni tiene un traje robótico que es mentira. Creo que a este documental la gente lo votó porque era real”.
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Horacio O’Higgins en primera persona
Hace más de 20 años que vengo haciendo cine. En este caso me tocó hacer de director, pero también fui sonidista, camarógrafo, director de arte, montajista. Trabajé para un montón de gente, me fui afuera, a vivir al exterior; después volví y un día dije: ‘Quiero estudiar cine’, porque sentía que tendría que haberlo hecho hace mucho tiempo.
Entré a la ENERC en 2019 y comencé a cursar con pibes de 20. Y era una diferencia, porque yo vengo de romper un montón de ‘no debo’, pero también tengo el derecho de hacerlo, porque en mi época no había esta posibilidad. Aprendí mucho de ellos, te enseñan mucho los pibes. Yo me actualicé un montón. Si hay algo que tengo que rescatar, es que a partir de trabajar más con personas, aprendí. Porque yo soy muy técnico pero aprendí a escuchar, porque el que parece que no sabe a veces sabe y el que dice mucho y habla mucho a veces no sabe. Aprendí a diferenciar eso. Los pibes me enseñaron un montón y terminamos encontrando un punto de equilibrio que hasta ahora está funcionando.
Y hay un montón de gente que estuvo trabajando antes, desde 1960… 70: Guillermo Elordi, Cristanchi… Y lo hicieron como pudieron. Yo creo que hay una deuda hacia la gente y desde la gente: hacia la gente porque nosotros tenemos que dar más historias como éstas; y desde la gente porque el audiovisualista formoseño trabaja solo, a veces hay para comer y a veces no. Es muy sacrificado, pero lo hacés porque te gusta, por amor al arte. Y acá no se difunde mucho lamentablemente. Pero también es por esas políticas donde hay que mostrar los que son necesarios para ciertas cosas. Como me decía un amigo: ‘Hacer cine tiene un costo económico, no tiene un valor económico’. Entonces me gustaría que la gente vaya y pague una entrada para ver una película formoseña. Pero no por el valor económico sino porque es decir: ‘Yo quiero pagar’, y no que siempre la película formoseña sea gratis. Faltan políticas. Pero no políticas para hacer política sino para que funcionen con la gente, para que no basureen a los audiovisualistas. Contraten a gente que está acá. Hay un montón. No traigan gente de Córdoba para hacer sus campañas o sus spots, si acá los tienen. Dales de comer, ellos estudiaron, se capacitaron, tienen el mismo nivel.
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“IMPUNE”
¿Cómo recibió el equipo esta mención especial en “Oberá en Cortos”?
- “Cuándo nos enteramos de la mención, fue como un agradecimiento a todo el esfuerzo y la garra que le pusimos a la tesis, porque pasamos por situaciones complejas, de formar parte de un equipo de 9 ó 10 integrantes a ser 5, por ejemplo. Y una de las cosas que más amenazaron la continuidad de la tesis fue cuando la productora, por cuestiones personales, decide bajarse. Pero aun, así el corto en un punto ha hecho su camino. En un punto, nosotros decimos como que cobró vida, porque empezó a conquistar espectadores y tuvo esta mención especial, que para nosotros fue como un mimo al alma. Todo el esfuerzo valió la pena y acá están los resultados”.
“Impune” retrata una porción de realidad más habitual de lo que muchas veces creemos. ¿De qué manera fuiste trabajando este guion, que nace de un caso real justamente, y cómo se concretó finalmente en sus 14 minutos?
- “Creo que somos un poco nuestro inconsciente, que todo el tiempo recibe estímulos y muchas veces eso queda impregnado en el cerebro. Y bueno, aparece cuando es necesario. Eso me pasó a mí puntualmente con el caso real que decidí trabajar en el guion. El caso fue allá por el 2014 aproximadamente y me llamó la atención que en ese momento tuvo un acompañamiento social muy grande, para que luego después de unos meses fuera desapareciendo. A mí me marcó mucho el caso puntual y el tema del acompañamiento social y el olvido. Cuando decidí presentarlo como proyecto de tesis, lo hice con la información que había recabado porque hablaba con el hermano, con la cuñada y demás. Ella, debido a todo lo que le pasó, ha quedado con secuelas a nivel y psicológico; yo sabía que iba y venía del interior a capital y que cambiaba constantemente de número. La búsqueda fue muy intensa, pero como los tiempos de la Escuela de Cine estaban marcados, llegué a preguntarme si no estaba siendo egoísta, porque yo la buscaba para contar su historia pero la pregunta era si ella estaba preparada para volver a revivir ese horror. Entonces decidí, con la información que tenía, hacer como un docu-ficción o ficcionarla. Y de ahí sale ‘Impune’. El personaje principal me sirve como un medio para contar una historia y lo que intenté fue contribuir a repensarnos como sociedad y repensar también nuestro olvido o desinterés. Era intentar que el espectador diga: ‘Esto pasa, sigue pasando. ¿Y desde mi lugar qué puedo hacer?’”.
“Impune” tuvo además participación destacada en Corrientes e incluso España. Es una suerte de confirmación que marca un poco el camino por donde seguir, ¿no?
- “Recuerdo que como equipo teníamos tantas dificultades para poder realizar el corto, porque el proceso de la tesis fue difícil no sólo porque nos habíamos quedado sin equipo técnico, sino también porque a su vez cada integrante del equipo iba teniendo como un proceso interno y de transformación. Y por ahí no podían lidiar con toda esa emoción y ese estrés. Entonces teníamos que hacer un poco de soporte psicológico. Yo estaba tan empapada con la historia, no sólo al escribirla sino que me parecía que era ese el camino. Y quedó seleccionado el guion. Entonces sí, fue la confirmación. Siempre fui consciente de las herramientas que tenía al alcance de mi mano, herramientas audiovisuales que comunican y que generan los mensajes. Y es lo que trataba de transmitir al equipo. Cuando empezamos a recibir las primeras nominaciones para participar de festivales era como: ‘Listo, lo hemos logrado’. Y así llegó la Guácaras y la selección en España. Recuerdo que una persona me había dicho que ‘Impune’ era necesario. Y a mí me marcó, porque lo pienso desde ahí. Es necesario, pero no para verlo desde el lugar de ‘me gusta o no me gusta’ sino para interpelar. Pienso que también lo que entendió el equipo fue que pudimos transformarlo en un mensaje. Y creo que eso se logró”.
Muchas veces la realidad es el mejor retrato para contar una buena historia. Tenemos muchos casos que incomodan y nos reflejan como sociedad. ¿Qué importancia le das al cine como vehículo de transformación social en este sentido?
- “Me vienen un montón de cosas a la cabeza. Pero quizás lo sintetizo en decirte que para mí el cine como vehículo de transformación social se da en el sentido de que les pasan cosas a las personas. Y uno no elige lo que le sucede. En un punto era pensar eso y decir: ‘Creo que te acompaño y te entiendo y me solidarizo con vos y con lo que te pasa desde este lugar, porque son las herramientas con las que cuento tanto narrativamente como comunicacionalmente’. Yo traté de tomar conciencia desde ese lugar. A mí me impactó muchísimo y al punto de que dije: ‘Me encantaría ayudar. Si yo puedo hacerlo desde este lugar, cuento con estas herramientas. Y a pesar de que no se dio de la forma en que yo esperaba, igual traté de que desde la ficción se mantenga esa porción de la realidad que tenía que ver con este caso y con el olvido”.
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Carla Duarte en primera persona
“Impune” me ha marcado mucho personalmente, no sólo desde la realización, porque me ha tocado hacer el guion y, por circunstancias que en un momento se fueron dando, tuve que asumir la producción, asistencia de dirección e incluso la dirección de actores. Como realizadora, me ha potenciado y ha sido como en un punto el inicio de un camino. Soy consciente de que me gusta darles imagen y voz a las historias del día a día que nos marcan como personas y que tienen sobre todo el mensaje de transformación humana. Creo que es un intercambio constante: si yo me transformo, casi por consecuencia transformo a la otra persona. Es eso lo que trato de retratar y de pensar a la hora de encarar otros proyectos audiovisuales. Me dejo llevar también por lo que pasa en el momento y por lo que esa persona tiene para dar y para decir. Adoro todo lo que tenga que ver con el documental, así que en futuras producciones, iría por ahí.