pixel facebook
Martes 16 de Abril de 2024

20 ° C Clima

Logo Editorial


Teatro de paideía

La pospandemia propicia numerosos estrenos y reposiciones: “Proyecto Medea”, “El fortín de los caranchos”, “Cruzar la calle” y “Animal” apuestan a un teatro desde la enseñanza



Por Héctor Washington

Salir al mundo después de un prolongado letargo involuntario nunca había resultado tan complejo ni tan ansiado al mismo tiempo. Pero logramos hacerlo. Y el teatro nos invitó a reunirnos de nuevo, a congregarnos en espacios públicos y hacernos eco de algo que quería decirnos, un mensaje que venía germinando en los ecos de salas inhabitadas, butacas vacías y aplausos taciturnos que se perdían entre fríos algoritmos y pantallas inertes de la virtualidad.

Un día descorrió el telón y, con la apertura de los espectáculos, llegaron estrenos y reposiciones de obras que circunstancialmente parecen estar orientadas a recuperar el sentido primigenio del teatro en sus orígenes, hace ya más de 25 siglos.

No se trata entonces de asistir a un mero espectáculo de juego de roles vertebrados por una línea de parlamentos, sino de experimentar además, como público, la incomodidad que supone incorporar reflexiones, cuestionamientos y visiones del mundo ligados a valores éticos, principios religiosos y derechos civiles conquistados que rigen la vida en sociedad, muchas veces en un juego de opuestos, en una tensión que no acaba por resolverse.

La función de παιδεíα en el teatro cumple así su cometido primero de educar al pueblo: la acción dramática nos aferra a la butaca y nos resuena en el pecho una maraña de agitación y conmiseración con el personaje que agoniza -en el sentido más primitivo de la palabra- sobre tablas, que se debate en oscuras imprecaciones contra sí, contra su antagonista, su destino y los dioses. Y al fin de tantas dilaciones, ocurre la tensión máxima que deviene en una revelación medular: la anagnórisis aristotélica que nos precipita al desenlace, sin escalas, en una suerte de caída libre.

Desde el regreso a los espectáculos presenciales en Formosa, cuatro puestas en escena han logrado destacar por la resonancia de sus propuestas, las temáticas que abordan, el compromiso y profesionalismo de sus hacedores y la gran respuesta del público asistente. “Proyecto Medea”, “El fortín de los caranchos”, “Cruzar la calle” y “Animal” guardan, aun en sus disimilitudes aparentes, una fuerte ligazón con ese teatro que nos mira y nos está retratando: un sistema patriarcal impune con nombres y apellidos que viola, estrangula y descuartiza -de manera simbólica o literal, da lo mismo-, el poder y la ambición, la crueldad de una industria alimentaria saturada y la exacerbación del consumismo que saca lo peor de nosotros. Todo nos retrata desde el acto primero, porque también somos parte de esa trama, de esa maquinaria a todo vapor que suele ser el teatro, que suele ser también la vida.

----------------------------------------------

“PROYECTO MEDEA”: LA CENA BLANCA QUE NO FUE

Fotos: Leticia Figueredo

Con un pulso matemático sumamente audaz y un trabajo exhaustivo con la palabra, “Los Gegorianos” trazan esta vez una directriz que atraviesa la historia a lo largo de más de una veintena de siglos. Y en ese trance descubrimos, azorados, que los tiempos del gran trágico Eurípides no nos son tan lejanos, que aún perviven los mismos códigos, los mismos mandatos normalizados, un mismo sistema invisibilizado que oprime a tres mujeres en escena, que son una sola, que son todas a la vez.

Vertebrada por un caso policial en Jujuy que supo poner en jaque a la opinión pública, los preceptos religiosos y al sistema judicial argentino hace ya casi veinte años, Silvia Gabazza, Marcela Delturco y Rocío Ruiz logran amalgamar sus personajes en una trama que los funde a fuego vivo, donde lo que más arde es el lenguaje. A fuerza de reducir la escenografía a su punto máximo, la interpretación de cada pasaje crece y crece como un remolino que fagocita todo el espacio escénico y todo objeto en derredor que pretenda rearmarlo.

Tejerina es la palabra clave, de quien sabemos todo: su dura infancia en su San Pedro natal, su adolescencia entre sombras, sus silencios, sus sueños, su Cena Blanca que no fue, sus confesiones más perturbadoras, su violador impune y la justicia terrena, su verdugo. Vargas nunca entra en escena. Pero desata una oleada de terror como un hado malsano cuando se lo invoca por descuido.

Tres mujeres -que son la voz colectiva y el arquetipo enrevelado- hilvanan la trama, hasta que la fuerza expansiva de Medea parte la tierra como un rayo, en busca de una suerte de resarcimiento histórico que nos haga pensar que dos mil quinientos años no han pasado en vano, una conexión alegórica fatal que resuelve el desenlace, cuando ya no sabemos cuál es el trazo de Eurípides, cuál es el trazo de nuestro aquí y ahora.

“Proyecto Medea” representará a Formosa en la 35° Fiesta Nacional del Teatro, en La Pampa, el 24 de octubre próximo, tras haber resultado ganadora de la Fiestra Provincial del Teatro Formosa 2019.

FICHA TÉCNICA

Elenco: Silvia Gabazza, Marcela Delturco y Rocío Ruiz.
Dramaturgia y dirección: Lázaro Mareco.
Asistencia de dirección: Marcelo Gleria.
Coreografía y vestuario: Gabriel Sosa.

----------------------------------------------

“EL FORTÍN DE LOS CARANCHOS” Y EL GRAZNIDO INTERMINABLE

Fotos: Daniel Boncosky

Si algo nos enseñó el teatro shakesperiano, es que no hay límite alguno para las miserias humanas y que desatan tempestades indecibles cuando sobrevuelan cada una de nuestras acciones, condicionadas siempre por una fuerza interior que nos mueve deliberadamente a concretarlas.

“El fortín de los caranchos”, producido por “Stampa” y “Leyenda Contenidos Culturales”, nace de una adaptación del clásico “Macbeth”, pero va adquiriendo voz propia desde los elementos que la configuran como parte de nuestro paisaje, como una estampa viva de nuestra historia forjada por la sangre: la lucha por la tierra, la conquista, “el problema” aborigen, la supervivencia en los fortines de principios de siglo pasado y una siempre altanera Buenos Aires demasiado ocupada en mirar el Viejo Mundo como para ver el suyo.

De algún modo, todo en esta obra transcurre entre las sombras, desde que el portero descorre el telón funesto pero prefiere la embriaguez y la evasión para no ser testigo de los hechos, porque todo ser viviente que interviene en escena tiene ya apariencia de espectro, aunque aún respire.

Tres seres malignos, un conjuro, una profecía y un graznido interminable darán rienda suelta a la acción y sembrarán la inquina y el ansia de poder que va corroyendo por dentro a Marcos, depositario de toda la oscuridad retórica sobre la que se construye su alter ego, su esposa, dotada de cuanto valor y osadía a él le fueran negados. Pero Duncan y la sangre se buscan desesperadamente desde hace tiempo en las sombras. Y será inevitable que se encuentren en medio de la noche. A estas alturas, ya es imposible detener el fragor de la sangre. Barrios y Martínez serán empujados a este despeñadero de acciones, un salto al vacío del que sólo uno resultará indemne.

Cada nudo gordiano propuesto por la trama tensará los hechos al máximo posible y deberá ser cortado de raíz, uno por uno, con el mismo acero en que brilló el rostro pálido de Duncan en la noche más funesta.

“El fortín de los caranchos” continuará con reposiciones el 22 y 23 de octubre próximos en el Teatro de la Ciudad.

FICHA TÉCNICA

Elenco: Lucas Ramírez, Aranza Puyó, Mariana Ríos, Laura Borrini, Tomás Caballero, Ariel Azas, Carlos Leyes, Alejandro Bordón y Laura Duré.
Dramaturgia: Carlos Leyes y Pablo Bontá.
Dirección: Martín Iza.

----------------------------------------------

CRUZAR LA CALLE", PARA VERBALIZAR EL MIEDO

Fotos: Carolina Sosa

La voz de Doña Ramona nos llega de lejos, viene desde el fondo emergiendo de entre un gruñido de cerdos dañinos. No precisamos verla para entrar en la escena: la tarde calurosa de nuestro Oeste allí afuera, la polvareda, el viento que azota con fuerza a todo el pueblo, menos al silencio. Nosotros estamos dentro, apenas un cuarto humilde y estrecho donde se revelarán las más terribles verdades, cuando una joven Lucía logre verbalizar lo indecible, entre santuarios y fotografías, la masa todavía tibia del pan de Doña Ramona y un pasado común que las hace presa del mismo victimario, antes o ahora. Siempre es el mismo.

Afuera, la calle, que se extiende amplia como una llanura interminable donde no hay lugar para el lenguaje. Esa calle que parece separar dos mundos: una mujer moldeada en otro tiempo para callarlo todo y otra que, aun contra sus miedos, se correrá de su condición de padeciente y hablará al fin de cuentas, rompiendo un pacto sellado desde siempre por generaciones y generaciones de mujeres oprimidas.

Lo que en un principio nos indujo a risa por el realismo que imprime cada pasaje recreado, ahora no deja de abatirnos, de interpelarnos, porque “Cruzar la calle” pinta un fresco del más triste cuadro de costumbres: lo que no se dice en el pueblo pero todos saben, donde todos se conocen y pueden leer los labios aunque apenas se deje espirar el aire para que no escapen las palabras.

Aun con la algarabía de sus costumbres, las fiestas del santo patrono donde todos se confiesan y persignan, las carneadas multirudinarias que congregan a los habitantes en torno a sus tradiciones y los bailes en que la diversión y la risa parecen revivir a la gente... aun con todo eso, este es un pueblo fantasma donde se oculta el abuso sistemático que ellas callan desde siempre, por miedo, por resignación, por la impunidad con que un sistema normalizado lo cobija.

Ahora, al borde de la puerta, el otro extremo de la calle nunca había estado tan cerca de Lucía, a apenas un paso para verbalizar el miedo, pero también para saber que no está sola. Ahora Ramona va con ella.

“Cruzar la calle” (“Los Gregorianos”) será parte de la Fiesta Provincial del Teatro de Formosa, del 4 al 7 de noviembre.

FICHA TÉCNICA

Elenco: Silvia Gabazza y Silvana Guanes.
Dramaturgia: Silvia Gabazza.
Dirección: Marcela Delturco
Vestuario y escenografía: Lázaro Mareco.

----------------------------------------------

“ANIMAL", LA DANZA PRIMITIVA DEL CONSUMO

Fotos: Nathaniel Cáceres

En una apuesta orientada a mixturar una multiplicidad de lenguajes artísticos, “Animal” se monta sobre una mirada tremendista donde cada elemento visual lleva consigo una exclamación latente. Todo el espacio ha sido construido por la fuerza arrolladora de los signos. La saturación expresionista del color dentro de esa suerte de caverna que es el matadero, la luz que torna el aire cada vez más espeso y los cuerpos desnudos que dan cuenta de nuestra naturaleza más primitiva son la fotografía primera de la puesta.

Desde algún rincón de la escena, la música en vivo ambientará cada pasaje, le dará forma y ya no se detendrá nunca, porque por momentos será más elocuente aun que la palabra.

Sobre el fondo, un trofeo abierto luce como un lienzo gigante que cobija ante el frío de esa cámara gélida, en la humedad de esa morgue desde donde penden las reses. Hasta que una se desprende y echa a andar la maquinaria que tracciona el conflicto devenido en mal sueño, alucinación, turbación de sentido.

Hombre / mujer, matarife / animal, crueldad / sumisión. Sobre este paño de fuerzas contrapuestas arribará una danza en claroscuro, en el vértigo que supone desprenderse del suelo, donde todo orbitará alrededor de la sangre, que salpicará los cuerpos, las ropas, los objetos, nuestra propia conciencia.

Todo en “Animal” nos llega en una marea violenta de exhortación que no podemos desoír, porque no se limita a cuestionar el consumo animal sino también a denunciar una industria alimentaria saturada y macabra, la explotación desmedida de los recursos, el fragor del consumo irrefrenable que nos mantiene siempre atragantados de tanto engullir la presa sin intención de compartirla.

La atmósfera creada por imágenes rayanas a lo onírico y la propuesta sombólica de un entorno hostil y hasta macabro hacen de “Animal” un viaje experimental por demás incómodo que despersonaliza nuestra conducta alimentaria y nos la muestra sin matices, desde fuera, una fotografía que habitualmente no vemos, extasiados, revolcándonos en ese matadero que es nuestro día a día.

“Animal”, del grupo de teatro “Esquimal”, continuará con reposiciones en el mes de octubre, con fechas a confirmar.

FICHA TÉCNICA

Elenco: Noelia Toloza, Juan Martorelli, Diego Vera y Antonia Palacios.
Dramaturgia: Marcia Montesino.
Dirección: Alejandro Bordón.
Música en vivo: Darío Stefani.



Comentarios
Los comentarios publicados al final de cada nota son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden generar sanciones legales. La empresa se reserva el derecho de moderar los comentarios y eliminar aquellos que sean injuriosos o violatorios de cualquier legislación vigente.
Todos los Derechos Reservados © 2024 Editorial La Mañana

La Mañana
RSS
Sitemap

Redes Sociales
Facebook
Instagram
Twitter

Miembro de
Logo Adepa
Adherente a Programas
ONU mujeres

Logo Footer