Este sábado se cumplieron 32 años de las trágicas muertes de ocho niños y adolescentes por un incendio en la denominada “Comisaría del Menor”, en el Barrio Villa Jardín de la ciudad de Formosa, en lo que se conoce como el “holocausto de Villa Jardín”. El 16 de octubre de 1989, ocho menores alojados en la dependencia policial murieron por asfixia y quemaduras durante un incendio. No hubo detenidos por el hecho.

Las víctimas se llamaban Angel Moreno, Víctor Sanabria, Roberto Del Valle, Gustavo Rodríguez, Agustín Rodas, Edgardo Benítez, Walter Aguilar y Luis Dañacón. Tenían entre 12 y 17 años. Estaban alojados en celdas de 3 por 3 metros, sin ventanas. La versión más conocida indica que como represalia al trato que recibían de los guardias, incendiaron sus colchones y murieron asfixiados por el humo. El guardia que debía cuidarlos no estaba en el lugar.

Este sábado por la tarde se realizó una misa a cargo del Padre Lito Batalla frente a la cruz ubicada en el lugar donde se encontraba la “Comisaría del Menor”, la esquina de Daugero y Huergo.

En lo referente a este tema, la doctora Cristina Irala, abogada que denunció públicamente ante los medios este caso, señaló a La Mañana que a la “Comisaría del Menor” eran llevados principalmente “chicos que vivían en la calle y que casi siempre robaban para comer”, y que en muchos casos sólo tenían entre 7 y 8 años.

“Nunca escuché que anteriormente haya existido, salvo durante el holocausto judío, una ‘Comisaría del Menor’. Existen Hogares de Menores. Es ilegal que haya menores presos. Acá en Formosa había una Comisaría del Menor ilegal e inconstitucional”, recalcó.

“Algunos de esos chicos tenían familia, otros no, otros tenían un grupo familiar ‘irregular’. El delito que cometían era no tener una familia, no tener un hogar, no tener una educación. Fueron muchos los que estuvieron detenidos ahí. Algunos que pudieron contar lo que pasaba salieron unos días antes del incendio, y se salvaron. Cuando salían, venían a buscarnos y nos pedían que los ayudemos, porque lo que pasaba ahí era un horror”, detalló.

“Había ocho chicos amontonados en una celda. En muchos casos, hacían ahí sus necesidades. Y todas las noches, los sacaban al medio del patio y los torturaban sistemáticamente. Murieron porque eran pobres, en un país tan rico y en democracia”, agregó.

También, recordó que el criminólogo Elías Neuman visitó el lugar, y que el experto en Victimología, quien mencionó a la “Comisaría del Menor” en libros y en foros internacionales, “no podría creer” la existencia de un lugar de esas características, ni los motivos de la detención de los niños ni las torturas cometidas.

Irala comentó que Marcilio Leguizamón, Monseñor Pacífico Scozzina y el Padre Delis Luque reclamaban “todos los días” por los hechos que ocurrían en ese lugar, y valoró la figura del entonces juez de Menores Gallardo, quien “más se dedicó” al tema, y quien fue destituido por medio de un juicio político. “A él lo acusaron de ser el que no los defendió. Pero el juez iba a buscar a los chicos para que pudieran jugar al fútbol. Los chicos lo reconocieron a él como la única persona que los trató bien y que hizo lo imposible para que salieran”, acotó.

“Se dice que ese 16 de octubre, los chicos, en rebeldía por lo que estaba pasando y por querer pasar el Día de la Madre con sus madres, prendieron fuego a los colchones para llamar la atención, y que el guardia estaba a unas cuadras, y no vio lo que pasaba. Cuando llegó al lugar, los chicos ya estaban calcinados. Otra versión asegura que en realidad alguien tiró fuego adentro de la celda, porque los chicos podían salir y contar lo que pasó”, consideró.

“El juicio fue un ‘circo’. Estamos convencidos de que son delitos de lesa humanidad, por lo cual la causa tendría que reabrirse en cualquier momento. Hasta ahora, Formosa vive ese duelo”, reveló.

La abogada también recordó el caso de uno de los fallecidos, Angel Moreno. “El chico circulaba sin su DNI, por lo cual lo detuvieron y lo demoraron en una Comisaría. Como hacía frío, su hermano le dio su abrigo y fue a buscar el Documento. Cuando regresó para acercar el DNI y lograr que liberaran al chico, ya lo habían derivado a la ‘Comisaría del Menor’”, expuso.

“De ahí en más, los familiares aclararon que el chico no había cometido ningún delito, pero no lo soltaron. Cuando fueron de nuevo a reclamar, luego de que les dijeran que iba a salir, se enteraron por los medios de que se estaba quemando la ‘Comisaría del Menor’. El chico terminó quemado. Lo llevaron al Paraguay, donde sobrevivió algunas horas, algo que también fue ilegal, porque nosotros tenemos Instituto del Quemado. Pienso que fue una estrategia llevar a Moreno a Paraguay, porque si lo llevaban a otro lugar, podía sobrevivir y relatar lo que estaba pasando”, manifestó Irala.

_{El lugar de la tragedia exhibe una placa recordatoria con los nombres de los ocho fallecidos.}

Para Carbajal, el Gobierno provincial debe admitir su “responsabilidad”

En un comunicado de prensa, el exjuez Fernando Carbajal, ahora candidato a diputado nacional por el Frente “Juntos somos más” y quien luego del “holocausto de Villa Jardín” acompañó jurídica y políticamente el reclamo de las familias por esos sucesos, exigió al Gobierno provincial que “abandone el oscuro desinterés que mantiene desde siempre con los Derechos Humanos en Formosa”, y que admita la “histórica responsabilidad que tuvo con la brutal muerte de ocho jóvenes en la hoy desaparecida ‘Comisaría del Menor’”.

“Sin dudas se trata de la fecha más negra de la historia de Formosa y representa un verdadero hito en las violaciones de Derechos Humanos, pero también del encubrimiento y la impunidad para los funcionarios públicos responsables de esa masacre”, aseveró el dirigente.

“Se trata del más grave hecho de violación de los Derechos Humanos en democracia, perpetrado por un régimen insensible que prefirió dejar que mueran quemados unos niños a quienes alojaban en una mazmorra policial donde eran torturados y sometidos a vejaciones indescriptibles”, sostuvo.

“Hoy debemos también recordar y rendir homenaje a Marcilio Leguizamón y al Padre Delis Luque, que de manera incansable y hasta su desaparición física dieron testimonio de compromiso y denuncia, a diferencia de los autotitulados ‘abogados de los Derechos Humanos’ que han convertido las causas de lesa humanidad en un medio de generar ingresos y exhiben su complicidad con los funcionarios del Gobierno que integran y defienden, por hechos gravísimos de violación de Derechos Humanos, sobre los cuales callan para no salpicar a sus amigos”, declaró Carbajal.