El adolescente, de 17 años, falleció por una infección tras una cirugía por apendicitis en una clínica conocida de la ciudad, en el año 2011. Para Raquel Báez, “la justicia del hombre no llegó” para su hijo
El pasado martes tres, se cumplieron 10 años de la muerte de “Juampi” Ayala y su madre, Raquel Báez, volvió a denunciar la mala praxis de los médicos que lo atendieron en una conocida clínica de la ciudad.
En diálogo con La Mañana, recalcó con pesar que “la justicia del hombre no llegó” para su hijo y a la vez cuestionó a los jueces que sobreseyeron a los imputados de la causa. “El miércoles 27 de julio del año 2011, Juampi empezó con dolor de panza, ese mismo día lo llevé a la guardia de la clínica. Me atendió un doctor que era de confianza para mi familia. Luego del control, lo internaron para operarlo de apéndice a las 20 horas. Dos horas después, salió de quirófano y el cirujano nos confirmó que todo salió bien y lo llevaron a una sala común. Esa misma noche mi hijo empezó a tener fiebre y lo medicaron, pero hasta el jueves a las 22 no fueron a controlarle, a hacerle curaciones; nada. Llamo al médico de guardia y le advertí eso; entonces se comunicó con el cirujano que vino y desde la puerta me dijo ‘¿qué le pasa?’ Le expliqué que tenía hambre y que no le habían hecho curaciones aún y ahí la enfermera le marcó que no dejó asentado el pedido de curaciones para mi hijo. Sin tocarle ni mirarle la herida se fue nuevamente. El viernes por la mañana seguía con fiebre, lo vuelven a llamar al cirujano. Ese día comenzó con dolores de pecho y dificultades para respirar. Al día siguiente, el médico de guardia le hizo hacer ecografías y decían que estaba todo bien. Yo confié en ellos y mi hijo el 3 de agosto murió”, describió la dolida madre.
En la continuidad de su relato refirió que el cuadro infeccioso por la herida avanzó tanto que el joven falleció de un paro cardiaco cuando era trasladado de urgencia al Hospital de Alta Complejidad. “A partir de ese momento, desde el cajón de mi hijo, dije la verdad y denuncié mala praxis, con un reclamo de justicia que nunca llegó. Presentamos pruebas que fueron rechazadas. Fue muy difícil enfrentar a una corporación médica. En todo este tiempo me di cuenta de que, lamentablemente, no existe una justicia justa, que la justicia para los pobres no existe”, enfatizó Báez.
Finalmente, resaltó que son “10 años de lucha y sigo en pie por los hermanos de Juampi, por mis nietos, por la gente maravillosa que me apoyó. Mi corazón late y llora pero eso me fortalece porque la gente, en estos 10 años sabe lo que pasó y que se cometió un error con mi hijo”.