Este 3 de agosto se cumplen 10 años de la muerte de Juampi Ayala. Su madre Raquel Báez en diálogo con La Mañana en Vivo volvió a denunciar mala praxis de los médicos que lo atendieron en la clínica De Ángelo. Cuestionó a la justicia que sobreseyó a los imputados en la causa. Y recordó las últimas horas de su hijo en la internación, previo al deceso: "Entró por un dolor de panza y lo saqué muerto".

“El miércoles 27 de julio del 2011 Juampi empezó con dolores de panza. Ese mismo día lo llevé a la guardia de la clínica Del Ángelo. Me atendió un doctor que era de confianza para la familia. Luego del control lo internaron para operarlo del apéndice.

Luego de la intervención el cirujano de apellido Molina nos confirmó que salió todo bien y lo llevaron a una sala común. Esa misma noche mi hijo empezó a sentir fiebre y lo medicaron, sin hacerle ninguna curación ni control de rutina", describió Raquel.

Según su relato, el cuadro infeccioso por la herida avanzó tanto que dos días después de la operación, el joven falleció de un paro cardíaco cuando era trasladado de urgencia hasta el Hospital de Alta Complejidad.

“A partir de ese momento, desde el cajón de mi hijo, dije la verdad y denuncié mala praxis, con un reclamo de justicia que nunca llegó. Presentamos pruebas que fueron rechazadas. Fue muy difícil enfrentar a una corporación médica que convivió con los jueces de la causa. En todo este tiempo me di cuenta que, lamentablemente, la justicia para los pobres no existe”, manifestó Raquel.

Desenlace en la causa

En su carácter de Tribunal de Casación, el año pasado el Superior Tribunal de Justicia de Formosa confirmó el sobreseimiento a los médicos Carlos Molina y Pablo Romano, acusados de presunta mala praxis en la muerte del joven Juan Pablo Ayala.

En la sentencia dictada, el máximo tribunal de la provincia rechazó el recurso promovido por la parte Querellante, al cual se adhirió la fiscal de Cámara, confirmando de esta manera el sobreseimiento a los dos profesionales de la medicina que ya había sido emitido tanto en Primera Instancia como en la Cámara Primera en lo Criminal.

El Tribunal resolvió en el fallo que la acusación giró sus argumentos sobre dos ejes: la concesión de alta médica al paciente, cuando éste aún no estaba en condiciones de egresar de la clínica y la directa incidencia que esto tuvo en el fallecimiento del joven.

En este marco judicial, el informe de la pericia oficial, demostró que el joven falleció por shock cardiogénico y arritmia ventricular grave secundaria a micopericarditis purulenta, y que “el cuadro se desencadenó en forma rápida, progresiva y refractaria al tratamiento aplicado, tanto cardiológico como bacteriano de amplio espectro, todos ajustados a la lex artis, es decir, a los niveles de calidad exigibles a los servicios profesionales”.