La concejal Celeste Ruiz Díaz presentó un proyecto de ordenanza para regular la utilización del espacio público durante las campañas electorales, cuidando los espacios comunes para que no se “ensucien” y “destruyan” con la cartelería proselitista. Además, afirma que se trata de una iniciativa de seguridad vial, ya que los letreros mal colocados pueden causar siniestros viales.
“Este proyecto viene a saldar una deuda pendiente de hace muchos años, porque cada vez que hay elecciones, nuestra ciudad se vuelve un caos”, dijo a La Mañana, remarcando que se producían los inconvenientes señalados al principio. “No existe hasta ahora ninguna reglamentación para regular la utilización de este espacio público”, agregó.
La iniciativa prohíbe pegatinas de cartelerías en paredes, garitas de colectivo y cualquier otro espacio, sólo permite carteles removibles y portátiles, para que toda publicidad pueda ser removida sin inconvenientes.
También se prohíben los carteles en rotondas y se marca una distancia mínima para publicidad en las esquinas, ya que pueden tapar la visual de los automóviles y motocicletas, pudiendo causar siniestros viales.
El proyecto establece, además, que no se puede colgar cartelería en altura, a fin de preservar el tendido de cables de distintos servicios de la ciudad.
Ruiz Díaz propone que el precandidato que incumpla la norma sea multado: cualquier vecino puede denunciarlo tomando una foto de la infracción a la ordenanza si fuera aprobada. Con ese dinero se conformará un fondo público destinado al arreglo y limpieza de la ciudad luego de la campaña electoral, “de manera tal que los vecinos no sean quienes tengan que hacerse cargo con sus impuestos”.
“Difundir las ideas en democracia no puede ser sinónimo de destruir y ensuciar la ciudad. Al contrario, el espacio público nos pertenece a todos y somos todos los responsables de cuidarlos”, remarcó la edil del bloque unipersonal Raúl Alfonsín.
Para elaborar el proyecto, Ruiz Díaz estudió proyectos similares y evaluó las situaciones que se plantearon en elecciones anteriores. Al respecto, consideró que “sería una contradicción enorme que el Concejo Deliberante no aprobara” este proyecto de ordenanza. “Somos doce concejales que representamos a los vecinos de la ciudad, y una de nuestras principales funciones es velar por el cuidado de nuestra ciudad. Si un concejal no estuviera de acuerdo con este proyecto, significa que está en desacuerdo con el cuidado de la ciudad”, dijo.