Los diferentes incrementos registrados en los valores finales de los alimentos en el Nordeste argentino en el último año marcan la importancia de que las autoridades nacionales elaboren junto con los mandatarios del Norte Grande una serie de iniciativas tendientes a poner límites a los aumentos en productos que no pueden dejar de ser consumidos y cuyos costos terminan afectando los ingresos de las familias de la región.
Según lo informado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos, la región del NEA (integrada por las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones) fue una de las que mayor inflación tuvieron en el mes de junio, al comparar el Índice de Precios al Consumidor de ese mes con igual período del 2020. A su vez, el IPC en el Nordeste argentino en junio de 2021 registró un incremento del 2,9%, y por segundo mes consecutivo fue la región del país con la menor alza de precios del mes. Sin embargo, al comparar el IPC de junio de 2021 contra mismo mes de 2020, el NEA sigue con una inflación interanual por encima de los 50 puntos.
En junio último, la región mostró un incremento de precios interanual del 51,8%. Está tercera en el ránking nacional de inflación interanual por regiones. Según el informe, la división que mostró la mayor alza en junio último en el Nordeste argentino fue “Bebidas alcohólicas y tabaco”, con un incremento del 7,2%. En segundo lugar apareció “Comunicación”, con un alza del 6,1%, y “Salud”, con 4,5%, completa el podio.
Por su parte, la división de “Alimentos y bebidas no alcohólicas”, que tiene la mayor incidencia de precios del NEA, presentó un crecimiento por debajo del nivel general de la región, por cuarto mes consecutivo, y se ubicó en 2,6% en junio. Sin embargo, acumula un alza del 57,4% interanual.
De este modo, la inflación continúa afectando el poder de compra de los sectores asalariados y cuentapropistas, acumulando en seis meses un 23,6% de suba y en forma interanual un 50,7%, produciendo un aumento de afectados en el nivel de pobreza e indigencia.
Al mismo tiempo, hay que recordar que en el NEA, aquellas PyMEs que se dedican a la comercialización de alimentos abonan las mismas cargas laborales e impositivas que pagan aquellas compañías que trabajan en el centro del país, y que afrontan menos costos en utilización de energía eléctrica y en lo concerniente a logística, uno de los factores que más influye en los valores finales de los alimentos en el Nordeste argentino, y que se vio afectado en lo que va del año por los diferentes incrementos en los precios de los combustibles y por otras variables.
Por lo expuesto, se requiere que el Presidente y los mandatarios del Norte Grande vuelvan a reunirse, para analizar medidas que beneficien a los sectores productivos, como una reforma tributaria integral y progresiva, y que permitan poner limitaciones a las subas en los valores finales de los alimentos y de otros productos esenciales que se comercializan en el NEA. Esto evitaría que los efectos de la inflación se graven y generen un daño social aún mayor, en un escenario de incierta recuperación de las consecuencias de la pandemia y de las restricciones que afectan a numerosas empresas a lo largo del país.