Según un informe del Instituto de Estudio de Consumo Masivo, que incluye datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos, Argentina ya es el segundo país del mundo con mayor inflación en 2021. Solo está siendo superado por Venezuela. Además, se destaca que ya ocupa el tercer lugar en el acumulado interanual. Estos datos ya están generando gran preocupación en diferentes sectores, y es necesario que las autoridades no desatiendan el “frente económico”, para evitar que a la crisis sanitaria, se sume un problema socioeconómico de gran envergadura.
El INDECOM precisó que nuestro país tuvo una inflación promedio ponderada durante los primeros cuatro meses del año del 17,6%, solo superada a nivel internacional por Venezuela, con un 127,8%. En tanto, el Líbano, con 16,5%, Angola, con el 16,1% y Túnez, con el 7%, completan el quinteto.
A su vez, a nivel interanual, tomando el período del mes de abril 2020/2021, el estudio señala que Argentina ocupa el tercer lugar, con un 46,3%. En esta medición, nuestro país es solo superado por Venezuela, con un 3.012,2% y por el Líbano, con un 157,9%. Turquía, con un 17,1% y Egipto con un 10,3 %, completan la lista de los cinco países con mayor aumento acumulado durante los últimos 12 meses.
Por otro lado, con los últimos números aportados por el INDEC, la región NEA, que abarca Formosa, Chaco, Corrientes, y Misiones, se ubicó entre las regiones con menor inflación en abril del 2021, con un 4,1%. Sin embargo, se trata de un indicador alto, que iguala al Indice de Precios al Consumidor (IPC) medido por el Instituto Nacional para todo el país.
Entonces, puede afirmarse que estos guarismos demuestran que el Gobierno nacional sigue sin controlar la inflación, y que la suba de precios es una amenaza que persiste, y que afecta las previsiones económicas de la gestión de Alberto Fernández, a pesar de tener una proyección de mayores ingresos por exportaciones de granos (debido al reciente aumento del precio internacional de la soja) y la posibilidad de llegar a un acuerdo con el FMI y con otros acreedores internacionales. A esto, hay que sumar la “segunda ola” de la pandemia, que llega con nuevas cepas, mayor cantidad de muertos y un desenlace incierto.
En paralelo, las administraciones provinciales del Nordeste argentino, si bien consiguieron algunos beneficios nacionales a través de las reuniones de los mandatarios del Norte Grande, no logran modificaciones significativas en los escenarios socioeconómicos de las diferentes Jurisdicciones; y en el caso de Formosa Capital y Clorinda, se atraviesa una Fase 1 que genera varias críticas y también planteos judiciales.
En síntesis, se requiere que además de atender las cuestiones relacionadas con la pandemia, la gestión nacional trabaje en lograr acuerdos sustentables con diferentes sectores para mantener el empleo, crear nuevos puestos laborales, limitar la emisión monetaria, reducir gastos políticos innecesarios y evitar que a los efectos del COVID-19, haya que sumar las consecuencias de políticas económicas que terminan perjudicando a los asalariados y a las personas de menores ingresos.