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Confianza e inseguridad

Una columna de Tona Galvaliz



Seguridad significa vivir tranquilo sin temores, peligros, amenazas, sobresaltos de cualquier tipo. Lo opuesto a la seguridad es la sensación de inseguridad e intranquilidad.

La seguridad es una “percepción personal, es una interpretación” de la realidad, es una “sensación individual”.

La palabra seguridad viene del latín “securitas”, que implica ausencia o minimización de riesgos en los avatares de la vida.

La seguridad como concepto psicológico alude al estado de equilibrio mental que le permite a una persona sentir confianza en su propio yo, y enfrentar positivamente las dificultades del devenir de la vida, pudiendo asumir riesgos razonables.

La seguridad en sentido literal se refiere casi exclusivamente a la “sensación de protección” de cara a la vida, incluyendo la integridad física y la de la propiedad.

También en el sentido simbólico, seguridad se refiere al hecho de abrigar seguridad

de protección contra el prestigio, la integridad, la enfermedad, el hambre, el desempleo, el delito, el conflicto social, contra la represión política, la pérdida de libertad, los riesgos del medio ambiente, etc.

La manera en que entendamos y subjetivemos -o sea, cómo es el punto de vista particular individual respecto de la seguridad y la inseguridad- el mismo va a influir condicionando nuestros comportamientos, en el cómo transitar las circunstancias.

El cómo asumimos e integramos lo incierto afecta rotundamente nuestros mundos internos y externos. Por ejemplo: la calidad y cualidad de lo que se piensa, el tipo de conversaciones que mantenemos con nosotros mismos (en psicología se llama soliloquios) y qué expreso o comunico a los demás.

Concretamente, de acuerdo con esos pensamientos, historias contadas hacia uno o hacia los demás, teñirán las posibilidades presentes y las orientadas hacia el futuro

o de color gris o de colores brillantes y luminosos.

Y, por otro lado, también afectarán contundentemente nuestras emociones y definirán el tipo de actitudes y conductas, repercutiendo en nuestra biología y corporalidad. “El cuerpo habla lo que la boca dice o calla”.

Como humanos, por naturaleza necesitamos sentir seguridad, certezas que garanticen todo lo que hace a la vida. Esto representa una necesidad fundamental -psicólogo Abraham Maslow- y es muy estresante y agotador vivir con ausencia de la sensación de seguridad y protección.

En notas anteriores vimos que lo único real es el cambio. Y que todo siempre está en movimiento constante. Nada permanece igual en cada instante, porque la vida busca evolución y desarrollo, y por eso es dinámica, energía orientada como si fuera un espiral ascendente, que empuja hacia arriba y hacia adelante.

Hoy más que nunca, es importante que nos registremos para advertir cómo estamos interpretando la inseguridad.

Percibirnos desprotegidos y desamparados causa mucho miedo, del tipo de miedo que enferma, paraliza, que hace daño y que se apodera del equilibrio alguna vez alcanzado, para quitarnos la paz y alegría.

A causa del sentir inseguridad sostenidamente en el tiempo, ¿qué más trae ese miedo? Ansiedad, depresión, angustia; de tanta tensión, perder la homeostasis y hasta podemos morir.

¡Es real que estamos todos sumergidos en una crisis profunda y caótica!

Como toda crisis, incomoda y descoloca del estado conocido anterior.

Pero en la sabiduría de la vida, todo tiene una razón y sentido; nada es porque sí.

Las crisis, esta crisis, nos viene a empujar para cambiar y crecer.

Nos impulsa a lo desconocido hacia un nuevo renacer. Claro que los cambios duelen, igual que el parto al alumbrar.

De acuerdo al cristal con que cada quien mira, consideraremos a la crisis con su aparejada inseguridad, como una oportunidad o como una calamidad; la diferencia está en el foco interior de la persona.

Pon el foco en crear con creatividad lo nuevo a dar vida. La vida llama a la vida y a vivir con fe, esperanza y amor.

La realidad indica que los cambios urgen, son necesarios, necesitamos una manera más humana, más solidaria de vivir, más constructiva y colaborativa, aprender formas innovadoras para co-construir de modo más inclusivo, creativo, ecológico y espiritual.

No se trata de lo que esperás del mundo, se trata de que el mundo cuenta y espera de tu aporte.

Es mirando hacia adentro, hacia arriba y hacia adelante el nuevo modo de hacer el camino que nos conduzca hacia un destino en el que todos podamos decir que valieron las lágrimas, los sudores, los cansancios, los desvelos, las noches cerradas sin estrellas, los inciertos, para dejar un mejor mundo para los que vienen detrás.

Tona Galvaliz

Seguime en Instagram @Tona Galvaliz / LinkedIn/ fb/ YouTube: María Antonia Galvaliz



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