El martes por la noche, la Sucursal de Garbarino en la ciudad de Formosa cerró sus puertas de manera definitiva, y dejó de atender al público tras 10 años de trayectoria comercial. Por este motivo, diez empleados de la compañía fueron suspendidos en sus actividades y quedaron con una gran incertidumbre sobre su futuro. En este marco, se conoció que el personal afectado recurrirá a la Subsecretaría de Trabajo de la Provincia para efectuar las presentaciones correspondientes y tener mayores precisiones acerca de su situación.

En lo referente a este tema, Roberto Ortega, gerente de la Sucursal de la conocida Cadena de venta de electrodomésticos, señaló a La Mañana que su autoridad superior le comunicó el martes por la noche que debía “bajar las persianas” para la atención al público, debido a que “la marca se estaría retirando de la provincia de Formosa”.

También, indicó que el personal de la Sucursal “ya se estaba preparando” para esta situación, aunque no se esperaba que “la resolución llegue tan pronto”. Asimismo, aseveró que ayer el personal se presentó en el local, debido a que la empresa no brindó una notificación oficial acerca del futuro de los empleados, y que solo informó verbalmente que la totalidad del personal estaba suspendido.

“Ahora, estamos realizando acciones para respaldar nuestro trabajo. Ellos nos consideran suspendidos, pero no nos notifican de manera escrita para tal fin. Por ello, no sabemos cuál es nuestra situación. Desde la compañía nos dijeron que íbamos a seguir cobrando nuestros salarios, pero en situación de suspensión, con lo cual nos pagan un 76% del sueldo básico”, detalló.

“Podemos ingresar al local, pero no podemos atender al público, porque no tenemos sistema operativo. En la vidriera de la Sucursal, hay un afiche que informa los medios a través de los cuales se pueden abonar los pagos de los compromisos con la empresa, al igual que las vías telefónicas para poder efectuar consultas o reclamos”, especificó.

“Somos diez empleados, con diez familias, de los cuales cinco ya se encontraban suspendidos en sus actividades desde el 1 hasta el 31 de abril. Y en la jornada del martes, nos comunicaron que después de las 20 horas de esa jornada, el local debía bajar sus persianas de manera definitiva”, agregó.

“Tenemos una gran tristeza. En lo personal, la marca me dio mucho crecimiento, mucho desarrollo. Pero la entidad cambió de manos. Ahora, existe gente con otra perspectiva, otra visión”, manifestó Roberto Ortega.