El super kiosco “La Gringa” del barrio Simón Bolivar sumó una nueva infracción a su largo historial de causas contravencionales, judiciales y multas municipales, cuando el martes cerca de la medianoche descubrieron a su propietaria atendiendo al público sin tener habilitación, a menos de una semana del allanamiento policial donde secuestraron más de dos mil botellas de bebidas alcohólicas.
Fue cuando policías de la Comisaría Quinta estaban haciendo recorridas por calles internas del barrio y al cruzar por la Manzana 54 vieron que en el negocio que hace pocos días fue allanado y clausurado por no tener habilitación municipal estaba abierto y atendiendo al público.
Los policías se acercaron al lugar y cuando quisieron hablar con la dueña “la mujer reaccionó violentamente y comenzó a insultar a los uniformados”, aseguró la fuerza.
Además de no estar habilitado legalmente por la Municipalidad para trabajar, el local estaba abierto después del horario límite de las 22 horas que estableció el Consejo de Atención Integral de la Emergencia Covid-19.
Lo más grave del caso fue que este mismo comercio fue allanado hace muy pocos días por orden del juez Penal de turno por una causa judicial en trámite, habiéndose secuestrado en esa oportunidad más de dos mil botellas de bebidas de distintos tamaños y graduación alcohólica, varios freezer y exhibidoras de botellas.
Por esta nueva transgresión los policías labraron un acta que será incorporado al sumario contravencional que comenzó a tramitarse en el Juzgado de Paz Nº 3.
Asimismo, las personas que estaban en el lugar fueron notificadas que estaban transgrediendo las excepciones que establece el Decreto de Necesidad y Urgencia de la Nación.
Trabajaron en el operativo policías de la Seccional Quinta y de la Unidad Regional Uno con sede en el Circuito Cinco.