El secretario de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena de la Nación, Miguel Ángel Gómez, destacó la puesta en marcha de la nueva línea de créditos por 500 millones de pesos para agricultores familiares, con tasa subsidiada y beneficios adicionales para empresas lideradas por mujeres y remarcó que es un paso fundamental para la inclusión financiera de las PyMEs agrícolas del país.

Durante una entrevista con La Mañana, Gómez comentó que los Ministerios de Agricultura, Ganadería y Pesca, y de Desarrollo Productivo, junto con el Banco de la Nación Argentina, lanzaron una línea de asistencia financiera destinada a microempresas incluidas en el Registro Nacional de Agricultura Familiar (RENAF), a un plazo de 36 meses, con una tasa de interés de 21% para los hombres y del 19% (dos puntos menos bonificados por la entidad bancaria) para unidades productivas lideradas por mujeres.

La línea de crédito específica para el segmento de las microempresas alcanza a aquellos usuarios que presenten certificado PyME y certificado de elegibilidad emitido por el RENAF, en general, agricultores de la economía familiar. Esto incluye a productores de frutas, verduras, hortalizas y cultivo de plantas que comercializan su producción en ferias locales y regionales.

“Es importante comenzar a fortalecer la producción en los territorios para lograr el abastecimiento local. En ese marco, está esta iniciativa. Una de las primeras tareas de esta gestión de Gobierno fue trabajar fuertemente en la inclusión financiera del sector de la agricultura familiar, campesina e indígena. Comenzamos a hablar con el Banco Nación y logramos un acuerdo y todos los productores que están en el Registro Nacional de la Agricultura Familiar cuentan con la posibilidad de tener una tarjeta de débito y una cuenta bancaria gratis, como primera instancia. Después lo trabajamos con el Ministerio de la Producción una línea de crédito que potenciará el fortalecimiento de la producción en el territorio. Así sacamos esta línea de crédito que también tiene como prioridad facilitar el acceso de la mujer productora al sistema financiero y resaltar su rol en la producción de alimentos”, explicó.

La línea de crédito es de hasta 100 mil pesos y facilitará la comercialización de sus productos a gente que nunca tuvo acceso al sistema financiero, en un país grande y diverso donde existen diferentes capacidades productivas, razón por cual se realizó un mapeo con técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA).

Los productores formoseños interesados en la tramitación del crédito que estén registrados en el RENAF deben contactarse vía online a la página: Renaf@magyp.gob.ar o mediante consulta con personal de la Secretaría de la Agricultura Familiar en Formosa, para hacer la solicitud e inicia el armado de la carpeta y desde el organismo se realiza el enlace con el Banco Nación.

Economías regionales

También puso de relieve que muchos productos de las economías regionales tuvieron bajas de retenciones, aunque destacó que es un proceso que requiere de mucho trabajo fortalecer el abastecimiento del mercado local y una vez logrado eso poder exportar.

“El desafío de Agricultura Familiar es poder agrupar a los pequeños productores y trabajar en diferentes líneas como la producción caprina y miel, por citar ejemplos. Es fundamental fortalecer las economías regionales para lograr un desarrollo integral, en cada rincón del país”, sostuvo.

Respecto al rol de la mujer en la producción, lo consideró central porque además de mantener la casa, se ocupa de producir y requiere de un acompañamiento que desde el año pasado se lleva adelante mediante el programa “Nuestras Manos”, que volverá este año con líneas de trabajo y asistencia como el acceso de maquinarias a nombre de mujeres, más la creación de refugios productivos porque la violencia de género está presente en el campo profundo.

“Esto último apunta a que las mujeres puedan estar resguardadas con sus hijos y que puedan seguir con la práctica de su capacidad productiva, sin tener que seguir sufriendo de la agresión y el sometimiento de sus parejas. Generar estos refugios productivos forma parte del acompañamiento en el territorio”, valoró.