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Lo que el dinero no puede comprar

Una columna de opinión de Tona Galvaliz



Cuando encontramos el sentido a las cosas, la felicidad, la paz interior son algunos de los estados emocionales que solemos experimentar, sintiéndonos bien y realizados, más allá de que las circunstancias vividas sean favorables o desfavorables.

Por cultura, por creencias y pensamientos colectivos heredados, “Se cree que el dinero todo lo puede comprar, considerando que es la causa madre de la felicidad”, hipotecando la vida en pos de esa creencia; por ejemplo, cuando alguien dice: “Gracias al dinero me sentiré realizado, cumpliré todos mis deseos, aspiraciones y seré muy feliz”.

A veces con el tiempo “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”. Muchas veces por ir tras la conquista del dinero, hemos pasado por alto la conquista de lo esencial, lo más verdadero y duradero, perdiéndonos de momentos únicos, pero, mientras hay vida, hay tiempo para recalcular y repensarnos.

El tema central de esta nota es desmitificar esa creencia popular, de que todo en la vida se copra con dinero.

El dinero puede comprar un reloj, pero no el tiempo.

El dinero puede comprar una cama, pero no el sueño y descanso.

El dinero puede comprar un libro, pero no el entendimiento, ni la inteligencia.

El dinero puede comprar un buen par de zapatos, pero no puede comprar pies.

El dinero puede comprar comida deliciosa, pero no el apetito.

El dinero pueda comprar remedios, tratamientos, buenos médicos, pero no la salud.

El dinero puede comprar conocimiento, pero no sabiduría.

El dinero puede comprar una casa lujosa, pero no un hogar.

El dinero puede comprar jerarquía, pero no admiración y respeto.

El dinero puede comprar tranquilidad, pero no la paz.

El dinero puede pagar una gran educación, pero no puede comprar aprendizaje.

El dinero puede comprar convivencia, pero no el amor.

El dinero puede hacer que tengas una hermosa esposa o un hermoso esposo, pero no puede comprar fidelidad.

El dinero puede comprar diversión, entretenimiento, pero no el gozo, alegría, y felicidad.

El dinero puede comprar personas que te rodeen, acompañen y complazcan, pero no la verdadera, sincera y noble amistad.

El dinero puede comprar status, pero no el prestigio, decencia, honradez.

El dinero puede mejorar comodidad y calidad de vida, pero no puedes comprar más tiempo del que Dios quiere darte.

El dinero puede comprar una buena tumba, pero no un lugar de descanso eterno en paz.

Después de todo lo que estamos atravesando en estos años, hoy más que nunca es importante volver a reflexionar ¿que es lo que realmente vale en nuestra vida?, ¿cuáles son las razones verdaderas por las que merece poner el foco, dedicación y afán en nuestra cotidiana existencia? y posiblemente te des cuenta que, son razones, cosas y causas que justamente el dinero no puede comprar.

¿De que nos arrepentimos cuando tocamos límites, cuando se nos cierran opciones, oportunidades, posibilidades, o vemos de cerca el rostro de la muerte? Es en estos contextos donde buscando una salida nos hacemos preguntas trascendentes y profundas.

Y es allí, donde vamos encontrando respuestas en que poco a poco comprendiendo que: el dinero es una bella y útil energía necesaria de intercambio, que facilita, que abre puertas, accesos, permisos, pero que no todo se compra con ese bien.

Es allí, donde vamos poco a poco comprendiendo que es lo realmente importante, como por ejemplo el valor de estar con vida, la importancia del tiempo; que el verdadero amor no se compra ni se vende, como tampoco la felicidad, los valores, la autoestima, la dignidad, la integridad y la honradez.

Es allí, donde vamos poco a poco comprendiendo que, tampoco se compra ni vende la amistad verdadera, la salud, la libertad, la empatía, el respeto, la solidaridad, el altruismo, el equilibrio y paz interior, la ética y moral, la sabiduría, el crecimiento y la evolución.

Es allí, donde vamos poco a poco comprendiendo la riqueza de hallar el sentido a nuestra propia vida, y entendiendo de que, cuando encontramos nuestro para que vivir, van apareciendo a su modo y a su tiempo los cómo vivir.

Para ir cerrando; una buena manera de vivir nuestras vida de forma plena y satisfactoria en relación al dinero , es tener claro y presente en todo momento: “Que es lo realmente importante” y de esta manera tomaremos y actuaremos en base a decisiones acertadas.

Instagram: @Tona Galvaliz LinkedIn/ fb/ YouTube: María Antonia Galvaliz



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