El neuomonólogo y gerontólogo formoseño José Manuel Viudes, médico especialista del Hospital Italiano de Buenos Aires, aseguró a La Mañana que las autoridades deben organizar operativos “casa por casa” para poder hallar a personas que integran los grupos de riesgo y realizar un seguimiento que permita evitar los contagios y los síntomas graves.
“Lo que estamos viendo nosotros, y eso es lo que me preocupa de Formosa, es que existe un ‘delay’ -demora- entre el diagnóstico y el tratamiento. Ya sabemos que a algunos pacientes que tienen factores de riesgo muy claros, como los obesos o mayores de 70 años, al igual que personas con EPOC, enfermedades inflamatorias crónicas o diabetes, casi con seguridad les irá peor que a un paciente que no tenga esas características”, precisó.
“Mi consejo para Formosa es ir a rastrear a todos los barrios y a todas las casas a esos potenciales pacientes de riesgo, y efectuar un seguimiento telefónico, con cuestionarios diarios, como realizamos nosotros; y en caso de que esas personas tengan síntomas, efectuar un diagnóstico precoz y un aislamiento precoz. Esto será lo que cambiará los niveles de mortalidad. Hay terapias intensivas en Argentina que presentan un nivel de mortalidad del 80%”, manifestó el doctor.
Por otra parte, el especialista evaluó que aquellos equipos que realizan hisopados en los barrios de Formosa deben estar integrados por personal de salud o estudiantes de Medicina y Enfermería, y no por trabajadores sociales o personal de otras áreas profesionales, para garantizar que las muestras sean tomadas de manera adecuada.
“Se podría realizar un llamado público, porque hay muchos estudiantes de esas carreras que volvieron a sus casas, porque no hay clases o porque están de vacaciones, y que podrían colaborar”, opinó.
También, subrayó que “lo más peligroso que puede pasar” es que si “no se toma bien la muestra”, el resultado puede dar un “falso negativo”, lo cual llevaría a “perder tiempo valioso”, sobre todo en el caso de aquellas personas que pueden evolucionar de manera grave, como quienes integran los grupos de riesgo. “Se creerá que una persona no tiene el virus, y no sólo la enfermedad va a progresar en ella, sino que también va a contagiar a un montón de personas más”, acotó.
“Hay dos tipos de técnicas para efectuar los diagnósticos. En una de ellas, se utilizan los hisopos para raspar la parte posterior de la nariz y la faringe, es decir, por nariz y por boca. Es un poco más difícil de hacer. Pienso que una persona se puede capacitar para realizarla. La otra es a través de la saliva, y se está efectuando en la ciudad de Buenos Aires. Con esta técnica tenemos una muy buena experiencia, y cuenta con una sensibilidad y una especificidad superior al 90%. Es la técnica más fácil de usar, y ante la duda, se podría utilizar esta modalidad en aquellas personas que ya dieron positivo, para que no queden dudas de que sean ‘falsos positivos’”, explicó Viudez a este diario.
“Hay un proyecto muy interesante que se está realizando en Ecuador, donde el ministro de Salud imitó lo que se hizo en países subdesarrollados, como África, y que consiste en instalar sistemas de salud periféricos: descentralizaron los centros de atención y fueron a cada barrio, con personal de salud, incluyendo enfermeros y bioquímicos, y pasaron ‘casa por casa’ preguntando acerca de los síntomas y explicando acerca de los riesgos de contagio. Al mismo tiempo, en ese país instalaron centros de salud en cada barrio, con médicos capacitados para poder cubrir la atención primaria”, relató.