Ciertos datos brindados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos marcan la necesidad de que las autoridades implementen en el transcurso de este año estrategias eficaces para lograr una reducción de los valores de los alimentos, en un escenario de alta inflación y recesión económica extendida.
Algunos analistas económicos advirtieron que de acuerdo a los guarismos comunicados recientemente por el INDEC, en el Nordeste argentino, región que comprende a Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones, los precios de los alimentos subieron tres veces más que en Capital y el Gran Buenos Aires: un 9,6%, frente un 3,1% en la Región Metropolitana. A su vez, la carne y sus derivados se incrementaron el mes pasado un 20,5% en el NEA, contra un 13,9% en CABA y GBA.
Asimismo, en Capital y el Gran Buenos Aires, en 2020, la inflación promedió el 34,1%, contra el 38,1% en el NOA y el 42,2% en el NEA. Esto se explica, en parte, porque los alimentos aumentaron un 50,1% en el NOA y un 53,7% en el NEA, frente a un 40,9% de suba en la Región Metropolitana.
Además, se conoció que todos los rubros alimenticios aumentaron más en las provincias del Norte que en el resto del país. En 2020, los precios de las verduras subieron más del 80% tanto en el NOA como en el NEA, frente a un 58% en la Región Metropolitana; y los precios de las frutas subieron entre un 74,6 y un 79,1%, mientras que la carne se incrementó en un 65,1%, el pan y los cereales lo hicieron en un 33% y la leche y los demás lácteos en un 31,2%.
Por otro lado, de acuerdo a un relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la “brecha” de precios para el promedio de los 24 principales productos agropecuarios que participan de la mesa familiar creció un 8,6% en diciembre, por lo cual los consumidores pagaron 4,68 veces más de lo que cobró el productor en la tranquera de sus campos. La manzana roja fue el producto con mayor diferencia (13,6%).
En este marco, como los sectores más vulnerables destinan una proporción mayor de sus ingresos a la compra de alimentos, estos datos indican que en 2021 habrá nuevos crecimientos de los niveles de pobreza e indigencia en el Norte argentino.
Entonces, se requiere que este año el Gobierno nacional y las gestiones provinciales analicen e implementen medidas que intervengan de manera real y eficaz en las cadenas de comercialización de los alimentos, para poner límites claros a las situaciones de especulación que se suelen producir en la conformación de los valores finales de diferentes artículos. También, habría que analizar rebajas significativas en las cargas impositivas existentes sobre determinadas mercaderías en aquellas provincias más perjudicadas por los altos costos de transporte de los productos.
En síntesis, este año los funcionarios y funcionarias tienen que enfrentar la problemática de los aumentos en los productos esenciales de manera definitiva, para evitar que los alimentos más básicos terminen convirtiéndose, de manera irreversible, en objetos de lujo para la población en general y para quienes viven en las provincias del NEA en particular.