Una familia de Riacho He Hé, compuesta por un matrimonio y su hijo, está nuevamente en cuarentena, habiendo sido aislada cuando volvían a su casa, después de haber pasado 16 días en el Residencial 12 de octubre de Clorinda y a pesar de tener en mano los documentos que prueban que tuvieron tres hisopados negativos consecutivos.
Laura Ayala contó a La Mañana que su suegra había estado dos meses en Clorinda por una dolencia, para lo cual pidieron permiso a la Policía de su localidad y de la segunda ciudad provincial. A principios de noviembre volvió a Riacho tras el tratamiento con autorización, tomando el camino de Riacho Negro.
Sin embargo, dos días después, la Policía y agentes de salud activaron el protocolo en su casa “acusándola de ingreso irregular”, según dijo la entrevistada, justamente por el camino que había tomado. “No les importó nada que tuviera hisopado negativo”, agregó.
Los hisoparon y aislaron a ella, su esposo y su hijo, mayor de edad, quienes fueron trasladados nuevamente a Clorinda para la cuarentena. “Jamás les habían dicho a dónde los iban a llevar, eran peor que presos. Todo empezó a las 9 de la noche y recién los trasladaron a las 2 de la mañana, fueron horas de calvario para ellos”, se quejó la mujer que habló con este Diario. El destino fue el residencial 12 de Octubre.
El 20 de este mes fueron autorizados a volver a su casa, tras haber obtenido tres hisopados negativos consecutivos. Habían pasado 16 días porque, según afirma su nuera, “no tenían móvil” para acercarlos a la salida de Clorinda. Fue ella con su esposo, hijo del matrimonio, quienes los buscaron.
En el vallado de la salida de la segunda ciudad fueron recogidos por un amigo, que como favor los fue a buscar para llevarlos hasta Riacho He Hé. Sin embargo, en su localidad de residencia no los dejaban ingresar por haber venido desde Clorinda.
“Me avisaron de esa situación y me comuniqué con el jefe de la Comisaría COSIV de Clorinda y con el oficial a cargo del valladeo, que me dijo que lo iba a solucionar porque mis suegros y mi cuñado ya se iban con las certificaciones”, comentó Ayala.
A continuación, dijo que las cuatro personas -el matrimonio, su hijo y el conductor del auto- esperaron horas en la ruta: habían salido a las 9 de la mañana y ya eran las 14, aun cuando les presentaban los hisopados negativos y el certificado de haber cumplido la cuarentena.
Luego de un tiempo, “en medio del estrés y el calor”, les tomaron la temperatura y al hombre mayor “supuestamente” le dio 38.5°C. La nuera lo atribuye al calor que pasaron y no a fiebre, porque “cuando estaban en el hospital -para otro hisopado- ya le había bajado”. Finalmente los volvieron a aislar, así como a quien los transportó, pero esta vez en General Belgrano.
Deprimida
Ayala advirtió que con la nueva cuarentena, su suegra está deprimida porque se responsabiliza de lo que están viviendo su esposo, su hijo y el hombre que los fue a buscar como favor. “Se quiere quedar acostada todo el día, no se levanta, no habla ni quiere comer”, dijo la mujer a La Mañana, visiblemente preocupada porque “es como mi mamá”.
En esta situación, Ayala quiere hacer lo posible para que les reconozcan los hisopados negativos sucesivos, pero no encuentra respuestas; dice que el intendente de Riacho la “bloqueó” en el celular y no consigue terminar con la situación que afecta principalmente a su suegra, que sufre de problemas cardíacos.