La Cámara Primera en lo Criminal de la provincia condenó a 12 años de prisión a un hombre que, a punta de cuchillo y bajo amenaza de muerte, abusó sexualmente de una adolescente, en presencia de su hermana, de 13 años.
El caso ocurrió el 15 de abril de 2018 en una zona descampada del barrio Urbanización San Isidro, en las afueras de la ciudad.
Según pudieron reconstruir los jueces del Tribunal, esa madrugada las hermanas, de 13 y 17 años, volvían a su casa caminando por la avenida De Los Constituyentes. Cuando llegaron a una calle enripiada al costado de una antena de televisión en el barrio Juan Domingo Perón, se acercó a ellas el ahora condenado, Fernando Guillermo Terraza, de 29 años, al mando de su motocicleta, proponiéndole acercarlas hasta su casa. Las chicas accedieron y ambas subieron al rodado.
Sin embargo, cuando llegaron a la ruta 11, el motociclista atravesó la calzada a gran velocidad y se metió 200 metros en un camino que lleva al barrio Urbanización San Isidro, frenando frente a una estancia privada. Allí obligó a las adolescentes a bajar de la moto y amenazándolas de muerte con un cuchillo, las condujo caminando más adentro en un sector más despoblado.
Advirtiendo el peligro, las chicas intentaron escapar pero fueron sujetadas por Terraza, quien en todo momento las amenazó de muerte.
Si bien primero pretendió atacar a la menor, la joven de 17 años logró defender a su hermana, resultando ella víctima del abuso.
Luego, el abusador las condujo en la misma moto hasta cercanías del Centro Integral Juan Pablo II, donde las dejó libradas a su suerte.
Hicieron la denuncia, y cuando estaban en la guardia esperando al médico forense, ingresaron al lugar varios policías conduciendo a un detenido, que resultó ser Fernando Terraza. Esa mañana Terraza había irrumpido violentamente en la casa de su expareja en el barrio Simón Bolívar, a quien también amenazó de muerte.
Cuando las hermanas lo reconocieron, lo informaron a la Policía.
Las pruebas
En la sentencia, los jueces que condenaron a Terraza coincidieron en señalar que el caso y la autoría material del enjuiciado quedaron plenamente demostrados con las pruebas obtenidas a lo largo del proceso judicial.
En tal sentido, mencionaron el relato coincidente de las víctimas sobre lo sucedido, el reconocimiento en rueda de personas donde la adolescente identificó plenamente al abusador, los informes de los profesionales del Cuerpo Médico Forense, la declaración de la madre de las menores y los resultados de los exámenes psicológicos. La sentencia tiene los votos coincidentes de los jueces Lilian Fernández, Ramón Alberto Sala y Laura Viviana Taboada.