A sólo dos días de la intensa tormenta de viento y agua que azotó la ciudad de Formosa, el asentamiento Lisbel Rivira ubicado detrás del cementerio San Antonio no se puede recuperar: 21 familias que viven en el lugar en casas muy precarias sufrieron voladuras de techos, anegamientos en las zonas bajas e innumerables inconvenientes en los servicios de luz eléctrica y agua potable. La gran mayoría de los vecinos perdieron todas sus pertenencias en el temporal. Sólo tres viviendas quedaron en pie.
Como saldo, las ráfagas de viento de más de 100 kilómetros por hora del lunes a la madrugada, dejó en ese sector de la ciudad cables desconectados, tendidos eléctricos por el suelo, viviendas sin techos, habitaciones inundadas, ropas mojadas de niños y niñas, servicio de agua potable cortado y medio centenar de vecinos refugiados en sólo tres casas precarias que resistieron durante el temporal.
Miguel, un vecino del asentamiento Lisbel Rivira, en diálogo con La Mañana en Vivo, contó que con la lluvia y el viento fuerte de anteayer perdió por completo la estructura de su vivienda: “Me llevó todo. Sólo algunas cositas quedaron paradas con el primer frente del temporal que llegó. Por suerte no estaban mi hijo ni mi esposa en este lugar, sino iban a correr mucho riesgo porque de golpe se levantó el techo y voló”.
Como otros miembros de esta pequeña comunidad, Miguel desde ayer que está intentando reconstruir su vivienda con los pocos materiales que fue recuperando del mismo predio.
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