Los precios de los pescados y otros productos de río y mar sufrieron aumentos de hasta un 150% en lo que va del año, y comercios del rubro se enfrentan a problemas de abastecimiento. Así lo comentaron a La Mañana desde el local “Isla Pe”.
Su encargado Paolo Baldovinos contó que hace dos meses están faltando algunos productos por las políticas de ingreso a la provincia y, en otros casos, por la temporada. Por ejemplo, todavía no hay surubí, que es uno de los pescados preferidos por los consumidores.
Además, indicó que los incrementos en los últimos meses ingresan con los proveedores de manera escalonada con porcentajes del 2 a 3% por cada producto.
La fluidez con que los distribuidores reponían se redujo, al punto que ahora sólo llegan una vez al mes. “Antes era cada 15 días o cuando uno lo requería. Ahora los transportistas, por las restricciones, sólo entran a la provincia con mercadería cada un mes o más”, detalló. Por eso, el comercio opta por hacer compras grandes, pero de todas maneras sufren el que algunos proveedores no puedan llegar.
Precios
Discriminando productos, Baldovinos detalló que las anillas de calamar, para las clásicas rabas, aumentaron un 100% respecto al año pasado, al igual que las cazuelas ($ 130 medio kilo), siendo éstos algunos de los productos que más salían.
El kilo de boga o sábalo ronda los $ 300 a $ 350. Sin embargo, el producto más pedido es el filet de merluza, que cuesta $ 395. Uno de los más caros es el salmón rosado: cuesta $ 1.700 el kilo. El comerciante señaló que si se tiene en cuenta el precio de la carne vacuna, no hay mucha diferencia, pero consumir pescado es una variación necesaria en la dieta.
Demanda
Más allá de esta situación, la demanda pasa por un buen momento. Al inicio de la cuarentena se resintió, pero en los últimos dos meses fue aumentando. Actualmente, según Baldovinos, ingresan entre 100 y 120 personas por día al local, una concurrencia que ya era normal desde el año pasado.
“En términos generales, la demanda siempre se mantuvo estable, sólo a principio de la cuarentena, en marzo y abril, las ventas se resintieron un poco a causa de las restricciones. Después se normalizó en la cantidad de clientes que ingresan al local para hacer compras. En comparación al año pasado, el consumo por unidad o mercadería se mantuvo a pesar de que los costos son mucho más altos que el año pasado”, precisó.