La Escuela Nº 2 “Domingo Faustino Sarmiento” en su acceso de ingreso por la avenida 25 de Mayo, desde hace más de 100 años conserva dos barreros incrustados en las paredes que alumnos y docentes los utilizaban para limpiar sus calzados en días de lluvia, antes del inicio de las clases. Son dos estructuras metálicas que fueron indispensables para la comunidad educativa en épocas donde la ciudad no tenía calles asfaltadas.

Según la profesora Gloria Cupayolo, directora de la Escuela Sarmiento, ambos objetos tienen como mínimo 124 años de historia.

“Todos los que asistían a la institución en aquel tiempo de calles de tierra, alumnos, docentes y familiares, pasaban primero por este instrumento antes de ingresar o pisar la escuela. Los días de lluvia se sacaban el barro acumulado de los calzados de esta manera. Era un ritual indispensable”, graficó la docente.

De alguna manera, los dos barreros en la puerta de acceso a la Escuela formaban parte de un protocolo de higiene y cuidado personal para toda la comunidad educativa.

“Son muy pocos los edificios que aún mantienen este tipo de elemento en sus instalaciones. Así como nuestra institución conserva la puerta alta de acceso, los ventanales y el portón, junto a otras reliquias dentro de su propio museo, los barreros son parte de una huella histórica que nos rememora a tiempos muy significativos. Es parte de nuestra identidad.

A más de 100 años, hay gente que se sorprende cuando encuentra estos objetos en la pared; les llama la atención y la curiosidad. Incluso se acercan a preguntar para qué se usa”, señaló la directora.