Los efectos de la pandemia y de la cuarentena en las diferentes actividades laborales es una problemática que aún no fue atendida como corresponde por las autoridades; y se requieren más y mejores medidas para evitar que numerosas personas que tienen dificultades para adaptarse a los cambios actuales terminen siendo excluidas del mercado de trabajo.
Según algunos profesionales del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), el impacto del COVID-19 en la economía modificó las relaciones laborales en diferentes ámbitos. De acuerdo con la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Instituto Nacional de Estadística y Censos, el universo de trabajadores en el país es de 11,6 millones. En tiempos de cuarentena más restrictiva, el 35% eran empleados imprescindibles (seguridad, salud, alimentos, etcétera), mientras que el 45% no trabajó y el 20% restante lo hizo desde su casa.
No obstante, en el último grupo, hay diferencias profundas. En el decil (10%) más rico de los trabajadores, el 60% puede hacer teletrabajo, por lo que está en condiciones de sostener sus ingresos. En cambio, en el decil más pobre, apenas un 8% puede operar a distancia.
Otro caso es el cambio digital en el comercio, un proceso que se considera “irreversible” y que desplazaría a trabajadores que no tienen la conectividad necesaria, las habilidades requeridas o las posibilidades de capacitarse. Mientras tanto, parte del 45% que no trabajó durante la cuarentena, está regresando a la actividad con lentitud.
Por otro lado, la pandemia exige distanciamiento y, según el CIPPEC, la mitad de los trabajos se realizan a menos de un metro de separación entre una y otra persona. Esto excluye a los grupos de riesgo.
En la actualidad, los trabajadores y trabajadoras de menores niveles de ingresos son los que tienen mayores dificultades para reinventarse, y esto puede desencadenar desempleo, subempleo o trabajo en malas condiciones por un extenso período de tiempo.
Se necesita que los funcionarios y funcionarias elaboren iniciativas tendientes a conformar una estrategia pospandemia en material laboral. En este marco, el CIPPEC recomienda efectuar un monitoreo de la situación de las pequeñas y medianas empresas, para garantizar que no terminen despidiendo personal apenas finalice la vigencia del Decreto nacional que prohíbe los despidos sin justificación, y también para gestionar capacitaciones tendientes a lograr que aquellos trabajadores y trabajadoras que hoy no pueden hacer teletrabajo, en poco tiempo se encuentren en igualdad de condiciones con quienes hoy cumplen tareas desde sus hogares.
Entonces, las autoridades deben analizar e implementar medidas que acompañen la reciente sanción de la Ley de Teletrabajo, y que apunten a evaluar cada situación en particular y a ofrecer alternativas que garanticen que todos los trabajadores y trabajadoras puedan acceder al derecho de ganarse el sustento diario.