En un contexto en el cual los índices inflacionarios siguen siendo elevados en la región NEA, resulta importante recordar algunas propuestas tendientes a resolver el problema de los elevados costos logísticos que deben afrontar los comerciantes del Nordeste argentino para poder obtener artículos elaborados en los grandes centros de producción y comercializarlos en nuestra zona.
De manera reciente, el Instituto Nacional de Estadística y Censos informó que el Índice de Precios al Consumidor en la región NEA del mes de julio marcó un incremento del 2,2%, levemente menor al registrado en el mes anterior (2,3%), y de ese modo, volvió a estar por encima del nivel nacional, que fue del 1,9%.
Además, en el acumulado de 2020, la región continúa teniendo la inflación más alta del país con un alza de precios del 18,4%, al tiempo que también posee la suba de valores más elevada si se observa la comparación interanual (julio de 2020 contra igual mes del año pasado), con el 47,1%.
Hay que recordar que diferentes Cámaras que nuclean a las pequeñas y medianas empresas en Formosa y en otras provincias del Nordeste argentino vienen planteando desde hace tiempo la problemática de los costos logísticos, las cargas tributarias y otros gastos que deben afrontar las PyMEs locales, y que las colocan en desventaja con respecto a las compañías que producen y comercializan en otros puntos del país. En paralelo, estos costos terminan elevando los precios finales de los artículos, y perjudicando a quienes habitan las provincias del NEA.
Por otro lado, algunos analistas plantearon hace algunos años que la puesta en funcionamiento de un tren desde las provincias del Nordeste argentino activaría más negocios en la región; y se mencionó que en los envíos de algunos productos, los costos logísticos se podrían bajar hasta en un 80%, teniendo en cuenta los valores de los combustibles y otros costos asociados al transporte por rutas.
Entonces, si bien la Argentina atraviesa un contexto de pandemia y de incertidumbre en materia sanitaria y económica, es necesario que el Estado organice ámbitos de diálogo para debatir estas cuestiones. Tratar con seriedad aquellos temas que intervienen en la conformación de los costos de los productos esenciales será lo que realmente traerá soluciones definitivas al problema del acceso a numerosos bienes y servicios, y no la prolongación, por tiempo indefinido, de programas como “Precios Cuidados” o “Precios Máximos”; y la suspensión de aumentos en las tarifas de servicios públicos es otro “parche” que no resuelve las cuestiones de fondo.
En síntesis, existen temas que hace tiempo son planteados por empresas vinculadas con las economías regionales y por los propietarios de diferentes tipos de emprendimientos pequeños y medianos, y que merecen ser analizados en paralelo a las medidas que se toman para enfrentar la emergencia originada por el COVID-19. De lo contrario, en un determinado momento, a la situación sanitaria, deberemos agregar las dificultades en el acceso a los bienes y servicios esenciales, por no haber atendido ciertas cuestiones en tiempo y forma.