pixel facebook
Jueves 18 de Abril de 2024

16 ° C Clima

Logo Editorial


La Perla del Sur y su pasión por la educación y la cultura

Por Mario Brígnole



Somos lo que somos y como somos, producto de procesos históricos.

No hay casualidades, sino una historia que forja y modela una sociedad.

He narrado en artículos anteriores la historia de El Colorado, fruto del encuentro y la convivencia de las cuatro vertientes raciales que la constituyen, y cómo con espíritu emprendedor y solidaridad fue resolviendo los problemas que el aislamiento territorial le imponía.

Es un hecho comprobable que de las chacras en terrenos ganados al monte agreste nació la cultura del trabajo de los pioneros, que trazaron a machete y hacha caminos para sacar sus productos y que luego formaron pueblos como El Colorado, Villa Dos Trece y Villafañe, para que sus hijos tengan acceso a escuelas y servicios de salud.

Los pueblos, como mi ciudad, son fruto de ese proceso de colonización del entonces aún territorio nacional. Y esa población trabajadora, con muchas carencias, comprendió desde el origen que para que sus hijos tengan mejor condición de vida, era imperioso crear escuelas.

La educación era el camino a mejores condiciones de vida. Lo supieron desde siempre y actuaron en consecuencia. Desde la histórica Escuela Nacional Nº 116, hoy provincial, por donde han pasado ejemplos de educadores, como Amalia de La Rosa y tantos, hasta la Normal Nº 1, la primera secundaria que creó la naciente provincia de Formosa y de donde egresaban maestros normales, como el querido Pedro Morales.

Esta escuela modélica fue dirigida por educadores como los Miño, Mario Olmedo, el Flaco Tula y tantos que merecen el bronce de la historia. A esa escuela llegó para enseñar un joven profesor, Orlando Van Bredam.

Y de allí nació el Instituto de Formación Docente, que tantos educadores ha proporcionado a la provincia y al país, donde recordamos a Gloria Díaz, entre otros. Allí se gestó la mayor muestra cultural de raíz popular que es FeriArte.

Quienes visitan la ciudad me preguntan por el secreto para el progreso de la ciudad y siempre respondo que los pioneros nos legaron un ADN para eso, que como cimientos tiene bases sólidas: la cultura del trabajo; el espíritu emprendedor de los vecinos; la tolerancia para convivir asumiendo que somos diversos; la solidaridad como factor de cohesión social que nos convierte en la ciudad de los consorcios y cooperativas; la prevalencia del bien común sobre las diferencias y la educación como factor de progreso social.

Y hago de la educación el tema de esta columna, consciente de que ella ha permitido a los vecinos una visión integradora del mundo. Y ha sido factor de ascenso social. Mi propia historia como hijo de un humilde suboficial de Policía se repite de a miles entre los vecinos.

Somos lo que hemos construido a partir de nuestras circunstancias; y en eso ha sido clave recibir estímulos a diario en una sociedad que nos enseñó a tener utopías y a trabajar duro para concretarlas. Somos lo que nuestros educadores ayudaron a construir.

Justamente esta semana, el Concejo Deliberante ha decidido imponer el nombre de tres calles de la ciudad para honrar a tres grandes educadores: Doña Ibis Fernández de De La Rosa, clave en la historia de la Escuela Nº 186 y, por ende, de la década de 1960 y en adelante en la Educación Primaria; Mario Olmedo, docente y directivo de la Normal 1 y del Instituto, y modelo de educadores; y Orlando Van Bredam, que a su vocación docente agrega su carrera literaria, que ha puesto a Formosa en el plano nacional.

Tenemos muchos problemas para resolver como comunidad en adelante, y encima, cada tanto alguna crisis complica lo ya difícil y arduo; pero sin dudas sabiendo de dónde venimos, honrando nuestra historia como comunidad, será más fácil empujar el carro del progreso con inclusión.

Los pueblos no progresan porque haya algún dirigente circunstancial que los impulse; sé con certeza que el progreso es fruto de un espíritu colectivo que lleva a los ocasionales ocupantes de un cargo público en la dirección adecuada.

Que no hay genios dirigiendo, sino pueblos esclarecidos.

Y cuando el capitán del barco no interpreta a su comunidad, ella misma lo depone y busca mejores rumbos.

La historia así lo demuestra, quien quiere oír que oiga.



Comentarios
Los comentarios publicados al final de cada nota son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden generar sanciones legales. La empresa se reserva el derecho de moderar los comentarios y eliminar aquellos que sean injuriosos o violatorios de cualquier legislación vigente.
Todos los Derechos Reservados © 2024 Editorial La Mañana

La Mañana
RSS
Sitemap

Redes Sociales
Facebook
Instagram
Twitter

Miembro de
Logo Adepa
Adherente a Programas
ONU mujeres

Logo Footer