Más de 20 operativos de extracción de plasma se han realizado ya en distintas localidades formoseñas, en el marco de una estrategia lanzada por el Consejo Integral de la Emergencia COVID-19. Como bien aclaró Juan Carlos Atencia, director provincial del Laboratorio de Referencia del Ministerio de Desarrollo Humano, no se trata de una cura para el coronavirus sino de “una terapia inmunológica pasiva que ayuda muchísimo a que el paciente se reponga cuando se encuentra en un estado moderado grave”.
Puede dar fe de ello el secretario general de UDA-Formosa, Vicente García Insfrán, el paciente más complicado que se ha presentado hasta ahora en Formosa y el primero en recibir el plasma de convaleciente-, quien al cabo de dos transfusiones pudo rehabilitarse y fue dado de alta después de un mes y medio de cuarentena e internación en terapia intensiva
No son nuevas las bondades del plasma en el campo de la salud. Constituye la materia prima irremplazable para elaborar medicamentos hemoderivados: la única manera de obtenerlo es a través de la donación solidaria de sangre por parte de voluntarios. La donación es un proceso simple que permitía -antes de la pandemia- y permite desarrollar medicamentos para tratar enfermedades crónicas, como la hemofilia, las inmunodeficiencias primarias, tétanos y enfermedades de origen neurológico.
Especialistas en el tema a nivel nacional destacan la importancia de lanzar campañas de difusión para que crezca el número de donaciones. Como dice uno de ellos, “hay que explicarle a la sociedad de qué se trata la donación y para qué se utiliza el plasma, porque mucha gente no conoce y se asusta”.
Si bien en los últimos años ha crecido el conocimiento acerca de la importancia de donar sangre, todavía es muy difícil que las personas se acerquen a hacerlo, salvo por situaciones de emergencia. La donación de plasma era, hasta ahora, muy poco conocida, pero los tratamientos contra la infección por coronavirus están contribuyendo a darle el lugar que le corresponde en la agenda sanitaria.
Ese lugar debe ser defendido mediante charlas de sensibilización donde se informe qué medicamentos se consiguen gracias al plasma y cuál es la utilidad de éste para enfermedades críticas que se detectan a temprana edad y requieren tratamientos para toda la vida. Se vuelve una necesidad, obviamente, hacer hincapié en los beneficios del plasma de convaleciente de COVID-19.
Será fundamental, a partir de ahora, el apoyo que reciba el Laboratorio de Referencia formoseño para continuar con su labor, como así las charlas de concienciación que se realicen para que crezca el número de donantes regulares en toda la provincia. Un aspecto destacable es que para donar plasma no tiene importancia el factor sanguíneo. Además, se puede donar todos los meses, a diferencia de la donación de sangre, por la que debe esperarse tres meses.
Reiteramos, en el caso del coronavirus no actúa como una cura. Lo que sí hace el plasma es ayudar a la recuperación de los pacientes que atraviesan las etapas más complicadas de la enfermedad. Eso ya le da un valor altamente significativo.