La psicóloga Alejandra Carrizo, en contacto con La Mañana, habló respecto a la estigmatización y la discriminación hacia personas con COVID-19, pacientes recuperados e incluso hacia aquellas personas que realizan cuarentenas preventivas. Apeló a ser humanitarios, al buen trato, al respeto y mostrar ternura ante la adversidad.
Primeramente, afirmó que la pandemia impacta mucho en los seres humanos, pero que los atraviesa a cada uno de forma diferente. Esto depende de particularidades, de la historia y de manera de ser de cada persona.
“En tiempos de crisis y de pandemia, se pone en evidencia qué lugar ocupan los otros en mi propia vida. Lo que está en juego en estos momentos es cuando empiezo a ver al otro como un enemigo o un peligro potencial”, especificó y remarcó que es esencial sentarse a pensar una forma de salir adelante en comunidad.
Además, Carrizo aseguró que en un momento en el que se habla mucho de la ética y del cuidado, se debe comprender que “en la medida en que cuido al otro, me cuido a mí mismo” y viceversa. “Si yo ataco al otro, lo estigmatizo o lo discrimino, no lo estoy tratando como un semejante y como alguien que al mismo tiempo me ayuda a cuidarme y a ser mejor”, aseveró a este matutino.
CUIDARTE ES CUIDARNOS
Por otra parte, indicó que aquella frase de “Cuidarte es cuidarnos” debe estar en el centro de escena. En el caso de la información que se consume, influye mucho la desinformación y la sobresaturación. Por esto, hay que visitar sitios oficiales y tener una comunicación fluida y organizada.
Según indicó la profesional, esta pandemia vino a darse en un momento de la historia de la humanidad, muy atravesada por la lógica del mercado donde “se pregona el individualismo y el otro es un objeto para que yo esté bien”.
“Necesitamos fomentar la solidaridad, ver al otro como un semejante, porque le pasan las mismas cosas que a mí. Sólo desde la ternura y la solidaridad vamos a poder ser mejores y salir adelante. Hay que mantener la distancia física, pero no emocional”, profundizó.
Por último advirtió que, aunque el miedo está presente y se desnudaron las inequidades del mundo, es necesarios reconfigurar el lazo social y propiciar una ética basada desde el cuidado en todos los ámbitos de la vida.
“No estamos de acuerdo con la ley del ojo por ojo, por lo tanto no hay que agredir si nos agreden. Desde la ternura y el diálogo hay que procurar mostrarle al otro en lo que uno supone que está confundido y que lo conduce a un daño hacia sí mismo”, concluyó.