El ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, advirtió días atras que de acuerdo a las proyecciones realizadas junto a expertos de diferentes áreas, el sector universitario sería el último en regresar a clases presenciales en Argentina. Desde la UNaF explicaron que cuando esto suceda, se cumplirá con un protocolo sanitario.
En comunicación con La Mañana, Augusto Parmetler, rector de la Universidad Nacional de Formosa, destacó la tarea que se realiza para el regreso a las aulas.
Asimismo, indicó que la modalidad virtual permanecerá vigente.
En primer lugar, informó que el segundo cuatrimestre comenzaría el 22 de septiembre y, de no volver presencialmente, todo está en condiciones para cursado y toma de exámenes de forma virtual, como se vino haciendo en estos últimos meses.
“Realmente lo que queremos es volver, así que estamos preparándonos para una redistribución dentro de los distintos módulos cuando las clases vuelvan. Esto sucederá siempre y cuando las autoridades nos lo permitan”, subrayó.
Según explicó Parmetler, como universidad se armó un protocolo, donde se estableció que no van a ser más de quince alumnos por salón.
“Esto nos va a limitar bastante en la asistencia, por lo que la parte virtual no se va a ir. Quizás asistan aquellos que tienen dificultad de Internet o acceso a una computadora”, expuso y agregó que “la virtualidad llegó para no irse”.
Consultado sobre las medidas sanitarias, destacó la importancia de trabajar para el regreso de la presencialidad. Por ello, fabrican productos sanitizantes de todo tipo (lavandina, alcohol puro y en gel, jabón, repelente) enfocados en el cuidado de profesores y estudiantes.
“Las cabinas sanitizantes son un elemento más de cuidado, con la novedad de que recibimos propuestas de otras instituciones y evaluamos la posibilidad de hacerlo para afuera. Por ahora se están poniendo a prueba en cada unidad académica”, declaró a este matutino.
Por último, el rector explicó que, aunque el comedor no está inaugurado, se brindan alimentos a 650 personas, tres veces a la semana. “Nos encargamos de distribuir en distintos barrios de la ciudad para evitar el traslado hasta la institución. Mucha gente está contribuyendo y es una gran obra humana la que hacen docentes y alumnos”, concluyó.