Leonardo fue la segunda persona diagnosticada con COVID-19 en Formosa, fue el primer caso detectado en el Juan Pablo II. En las redes, mucha gente lo responsabilizó del resto de los contagios y eso lo lastimó, pero luego le restó importancia. “Me afectó los dos primeros días, después dejé de ver las redes, no les di más cabida y pude llevar mejor todo esto”, contó a La Mañana.
“Nadie sabe quién trajo el coronavirus; yo sólo fui el primero en tener síntomas por una tarta de pollo que me cayó mal. Gracias a eso me hicieron los estudios que dieron positivo”, relató.
Hoy en día, este estudiante y jugador de rugby formoseño continúa internado en el Hospital Evita tras haber dado positivo al testeo de COVID-19 mientras realizaba la cuarentena obligatoria en el Centro Juan Pablo II, adonde fue trasladado el 30 de abril, cuando llegó a Formosa. Él se preparaba para la temporada en Pucará, club de la provincia de Buenos Aires, cuando el deporte se suspendió y decidió volver a su tierra.
“En lo anímico, estamos tratando (de estar bien). La gente de afuera ayuda mucho y acá, con mi compañero de sala, tratamos de apoyarnos. Estar encerrado tanto tiempo te ‘come’ la cabeza, así que los que tenemos el virus nos mandamos mensajes preguntándonos cómo estamos”, comentó a La Mañana. A esto se suma que les están brindando ayuda psicológica en el Hospital.
Impacto
A Leonardo, el diagnóstico no lo tomó de sorpresa porque, según confesó, ya se venía preparando. Un miércoles le hicieron el hisopado, y cuando al día siguiente regresaron con los resultados, él ya lo intuía. “Me pegó un poco fuerte, pero como ya estaba preparado, fue aguantar. A mi familia sí le afectó mucho”.
Hoy le harán un nuevo hisopado y el sábado otro más, para asegurarse de que ya se haya recuperado.