Gabriel es una de las 19 personas en Formosa que ya recibió el alta médica tras recuperarse de COVID-19, ingresó a la provincia el 30 de mayo desde Buenos Aires junto a un contingente que realizó la cuarentena en el centro de aislamiento Juan Pablo II. Ya recuperado, y a pesar de tener reiterados hisopados negativos que confirman que se curó, es víctima de discriminación y hasta escraches, consecuencia del miedo y la desinformación.

Estos factores están contribuyendo a alimentar la estigmatización y los estereotipos dañinos.

“Estaba estudiando y trabajando en Buenos Aires hasta que empezó la cuarentena. Como no podía pagar el alquiler y me había quedado sin mi puesto laboral, decidí volver a mi provincia. Gestioné el permiso e ingresé junto a un grupo de personas el 30 de mayo”, relató a La Mañana.

Contó que al llegar a Mansilla, le advirtieron que el COVID-19 podría ser peligroso para él por ser asmático, por lo que cuando dio positivo "estaba muy asustado”, y “no sabía qué hacer", agregó, ya con la tranquilidad de haberle ganado al virus.

Mientras realizaba la cuarentena obligatoria dio positivo, entonces fue trasladado al Hospital Evita, hasta que se recuperó totalmente.

Para él, en el Centro de Alojamiento Preventivo falló el aislamiento. Si bien cuenta que colocaron carteles por el edificio para mantener la distancia social se preguntó “¿cómo vamos a mantener la distancia si estábamos todos juntos? Primero lo viví pensativo, me planteaba por qué estábamos todos juntos. Después, me di cuenta que iba a pasar lo que pasó", opinó.

En total a Gabriel le realizaron cinco hisopados, cuatro dieron negativo. Salió hace unos días y volvió a Ibarreta, donde vive.

Con angustia y preocupación, está cumpliendo su segunda cuarentena de refuerzo en su pueblo natal sin poder ver a sus familiares, después de transitar una larga estadía en Formosa que empezó en el centro Juan Pablo II y finalizó en el Hospital Interdistrital Evita.

“Estoy en un alquiler donde la propietaria me pide que salga por miedo a que le contagie el virus, soy un paciente recuperado y con el hisopado negativo”, comentó.

Por eso, el joven de 22 años está a la espera de que el intendente de Ibarreta, Adán Jarzynski, pueda designarle un nuevo alojamiento para cumplir los 14 días de cuarentena preventiva nuevamente aseguró.

Los escraches en redes sociales empezaron una semana antes de que se confirme su contagio contó. “Soporté la persecución de mucha gente que no entendía mi situación, incluso, hasta ahora lo vivo con angustia porque continúan los episodios de discriminación en mi pueblo, pese a estar recuperado y asintomático”, agregó.