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DE PELÍCULA

Amenazó con hacer explotar dos garrafas y mantuvo en vilo por más de 4 horas a familiares y vecinos



Alcoholizado y posiblemente bajo el efecto de otras sustancias, un joven de 19 años amenazó con quitarse la vida haciendo explotar dos garrafas dentro de la casa de su padre, en el barrio Vial, y luego de más de cuatro horas de mucha tensión, pudo ser reducido, esposado y apresado por efectivos de la Policía provincial.

El episodio ocurrió este miércoles alrededor de las 10 y fue protagonizado por un muchacho de 19 años que irrumpió en la casa de su padre, en el pasaje Martín Pescador y Carlos Ayala, tomó de rehén a su cuñada de 22 y abrazó dos tubos de gas de diez kilos amenazando con quitarse la vida a través de una explosión intencional.

Vengan, entren si se animan, van a morir todos…”, gritaba desaforado desde el interior de la vivienda y cada vez que salía al balcón, en la planta alta, dejando ver un tubo de gas y un encendedor que agitaba con la mano.

Los otros ocupantes de la casa salieron en estampida cuando el descontrolado sujeto comenzó a amenazar con hacer explotar todo, y fueron hasta la calle a ponerse a salvo, desde donde siguieron este dramático episodio que mantuvo en vilo a sus familiares y a los vecinos de la cuadra.

Negociación

La mujer que estuvo de rehén durante los primeros minutos logró escapar ilesa por los techos de las casas vecinas, ganó la calle y fue asistida por la Policía y médicos de una ambulancia que estuvo todo el tiempo en el lugar.

Mientras tanto, el joven seguía atrincherado dentro de la vivienda, causando destrozos a muebles y enseres que encontraba a su paso, evidenciando su ira y disgusto por una supuesta pelea con su padre.

Varios familiares intentaron hablar con él, pero todos los intentos resultaron infructuosos. Cerca del mediodía llegó su padre, de 63 años, que no estaba en la vivienda cuando comenzaron a desarrollarse los hechos, pero lejos de calmarlo, exacerbó sus ánimos hasta niveles insospechados.

El hombre contó a los policías que su hijo tiene problemas de adicciones a las drogas y que mantiene con él severos conflictos por este motivo, incluso recordó que en ocasiones anteriores ya causó destrozos dentro de la casa y a los autos de la familia.

En medio de un clima de mucha tensión que iba creciendo a medida que pasaban las horas, también arribó al lugar la madre del muchacho, quien intentó dialogar con su hijo pero éste tampoco quiso escucharla, persistiendo con su conducta suicida y la intención de hacer explotar toda la vivienda. Durante varios minutos permaneció sentado sobre un muro de la planta alta, desde donde no paraba de amenazar e insultar a los policías que en gran número fueron hasta el lugar de los hechos, cercaron un amplio perímetro y cortaron las dos esquinas para evitar la circulación de vehículos y de personas.

El principio de solución al conflicto comenzó cuando policías entrenados en negociación y situaciones de crisis lograron intercambiar las primeras palabras con el joven, que en todo momento mantuvo una postura intransigente. Lentamente, el ambiente se fue distendiendo y minutos antes de las 14 horas, el hombre exigió como condición para deponer su actitud que saquen la camioneta de su padre y la pongan en marcha en la calle para que pueda abordarla y escapar del lugar.

El pedido fue aceptado sin reticencias por los negociadores, mientras un equipo de policías del grupo de operaciones especiales se disponía a consumar el asalto que iba a poner fin a cuatro horas de tensión e incertidumbre. El joven salió de la casa confiado y cuando iba a subir al vehículo que esperaba en dirección a la puerta, fue sorprendido por no menos de diez policías que se le tiraron encima para reducirlo y esposarlo en el suelo.

Con la situación bajo control, fue subido a una ambulancia del SIPEC que lo trasladó hasta el Hospital Central donde recibió asistencia médica y psiquiátrica, quedando internado a disposición del juez de Instrucción y Correccional de turno, quien habría iniciado una causa por daño y amenaza.

Episodios anteriores

Los episodios de violencia del joven no son una novedad para sus familiares y vecinos del barrio.

Otra vez este muchacho haciendo este tipo de líos”, dijo a La Mañana una mujer que vive a escasos metros de la conflictiva Casa 15 del barrio Vial.

“Las veces anteriores rompió muebles y autos, una vez tomó un machete y atacó a sus familiares durante una fiesta… este chico es todo un problema”, acotó la vecina que este miércoles presenció los hechos desde la esquina, a una distancia prudencial para no correr ningún tipo de riesgo.

Otro vecino de la misma cuadra dijo que la Policía le sugirió que no salgan a la calle y permanezcan encerrados. “El consejo de los expertos de la Policía fue que nos quedemos dentro de nuestras casas para no darle entidad ni protagonismo al muchacho que seguramente quería llamar la atención y alterar a todo el barrio”, contó a este Diario.

Los vecinos del lugar confesaron su hartazgo por la conducta del muchacho que, si bien vive en el barrio Fontana, cada vez que regresa a la casa de su padre en el barrio Vial es “para causar este tipo de problemas”, sostuvieron. “Ahora se fue de la raya, nunca había hecho esto de agarrar dos garrafas y amenazar con hacer explotar la casa con él adentro. Está cada vez peor y alguien tiene que hacer algo porque el día menos pensado va a cumplir sus amenazas”, advirtieron.



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